“Mía es la plata y mío es el oro, dice el Señor.” Hageo 2:8
¿Cómo
describirías a alguien que edifica una casa sin darle mayor importancia a los
cimientos? ¡Insensato! Del mismo modo Dios nos advierte de que no pongamos
nuestra confianza en las “riquezas inciertas” (1 Timoteo 6:17). Entre 1948 y
2001 la economía de los Estados Unidos sufrió diez crisis económicas, con una
duración promedio de un año cada una y la consiguiente pérdida de miles de
millones de dólares. Eso significa que cada cinco años aproximadamente la
economía “deja plantados a sus pretendientes” y tiene que empezar de nuevo.
¿Qué palabra usarías para describir a un marido mujeriego que tiene nueve
mujeres en un espacio de 50 años? ¿Veleidoso? ¿Y cómo describirías a la décima
mujer? ¿Insensata? Abraham fue uno de los hombres más ricos de su generación,
como también lo fue Job. Asimismo, en la
iglesia del Nuevo Testamento había un buen número de personas pudientes.
La Biblia dice:
“...Todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el producto
de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles...” (Hechos 4:34-35).
Dios te quiere bendecir económicamente para que puedas bendecir Su obra. Pero
la razón por la que no nos da más a algunos es porque sabe que no tenemos
suficiente madurez para manejarlo y eso sería nuestra ruina. A aquellos que
confían en el dinero les dice: “Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras,
dadivosos y generosos” (1 Timoteo 6:18). En realidad no eres dueño de nada; no
eres más que un simple administrador. Nunca tendrás seguridad financiera hasta
que estés dispuesto decir “sí” a Dios en cualquier cosa que te pida, sabiendo
que Él siempre cuidará de ti. ¡Siempre!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


