“...vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros
jóvenes verán visiones” Joel 2:28
Un niño le
preguntó al famoso escultor Miguel Ángel por qué trabajaba tan duro, mientras
moldeaba golpe a golpe el bloque de mármol que se convertiría en su obra
maestra: el David. El artista respondió: ‘Hay un ángel dentro de esta roca y lo
estoy liberando’. El poder de la visión te permite ver una obra maestra en
potencia en lo que otros no ven más que algo inútil. También te ayuda a descubrir
cosas dentro de ti mismo que no sabías que estuvieran y hace aflorar lo mejor
de ti. Muchas de las personas a quien Dios usó en las Escrituras parecían
fracasados, pero luego triunfaron. Después de faenar toda la noche en el lago
sin pescar nada, Jesús dijo a sus discípulos: “...No [temáis]; desde ahora
[seréis pescadores] de hombres” (Lucas 5:10). Y así sucedió. Las consecuencias
fueron:
a) levantaron una iglesia que todavía es
floreciente dos mil años después;
b) escribieron los libros más magníficos
de la historia;
c) hicieron que sus nombres perduraran en
nuestros hijos.
¿Significa eso
que lo único que hay que hacer es tener un ideal y Dios lo va a hacer realidad?
No. Pablo dijo: “¿O ignoráis que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios...” (1 Corintios 6:19-20). En el Calvario perdiste el derecho de tomar
tus talentos, oportunidades y experiencias y hacer con ellos lo que te plazca.
¿Pero por qué habrías de hacer eso? ¿Qué puede ser más gratificante que cumplir
el propósito de Dios en tu vida? ¿Y qué puede ser más trágico que no hacerlo?
Todos los logros seculares, por impresionantes que sean, no satisfarán tu alma.
El vacío que estás tratando de llenar tiene una dimensión espiritual que solo
Cristo puede ocupar. Por eso debes orar: ‘Señor, muéstrame Tu visión para mi
vida’.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


