“… recibíos los
unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.” Romanos 15:7 (Leer: Romanos 15:1-7)
A finales del siglo XIX y principios del XX, una imagen
conocida recibía a los barcos mientras atracaban en uno de los puertos de
Estados Unidos: Florence Martus, «la chica del saludo». Durante 44 años, esta
muchacha saludó a las grandes naves procedentes del mundo entero, usando un
pañuelo durante el día o un farol en la noche. En la actualidad, una estatua de
Florence y sus fieles perros se eleva en el Parque Morrell, dando
permanentemente la bienvenida a los barcos que ingresan.
Las cálidas bienvenidas transmiten un sentimiento de
aceptación. En Romanos 15:7, Pablo instó a sus lectores: «recibíos los unos a
los otros, como también Cristo nos recibió». Tenía en vista la manera de
tratarnos mutuamente como seguidores de Cristo, ya que, en los versículos 5 y
6, nos desafió a vivir en armonía unos con otros. La clave es tener «un mismo
sentir, según Cristo Jesús, para que todos juntos y a una sola voz
[glorifiquemos] al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo» (RVC).
Aceptar a los demás creyentes en Cristo no solo demuestra
que nos amamos unos a otros, sino que
también refleja el gran amor de Aquel que nos dio la bienvenida para siempre a
su familia.
Padre, dame un corazón de amor por mis hermanos en
Cristo, y que, juntos, te honremos en todo lo que hagamos.
Cuanto más se acercan los cristianos a Cristo, más unidos
están entre sí.
(La Biblia en
un año: Salmos 91 - 93 – Romanos 15:1-13)
BILL CROWDER - (Devocional “NUESTRO PAN DIARIO")


