“Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él
les preguntó: «¿Creen que puedo sanarlos?» «Sí, Señor» le respondieron.
Entonces les tocó sus ojos y les dijo: «Se hará con ustedes conforme a su fe».
Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza: «Asegúrense de que nadie
se entere de esto»” Mateo 9:28-30
Si tienes fe es porque
el Señor ha tratado contigo; esa es la marca de su mano en ti. En la tierra no
existe ni siquiera un grano de fe que él mismo no haya creado. Por la fe te ha
sacado de tu estado de muerte en el pecado y de la oscuridad natural de tu
mente. «Su fe te ha salvado», porque es el candelabro que sostiene la luz que
alumbra lo más profundo de tu corazón. Tu Dios y Salvador ha puesto esa fe en
ti. Nuestro Señor es también el sustentador de la fe, ya que la fe nunca es
independiente de aquel que la produce. El
mejor creyente dejaría de creer en este mismo instante si no fuera por el fluir
constante de la gracia que mantiene la llama ardiendo. Si has tenido alguna
experiencia de la vida interior, quiero que sepas que el que te dio la vida te
sustentará, o de lo contrario volverás a tu estado de muerte natural. Ya que la
fe se alimenta de día en día a la mesa de Jesús, él sabe dónde está presente.
Es algo bueno saber que el sustentador de la fe, quien la creó y la mantiene,
también sabe discernirla.
(A través de la Biblia en un año: Salmos 9-12)
CHARLES SPURGEON - (Dev. “A LOS PIES DEL MAESTRO”)


