“Y sabemos que
a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” Romanos 8:28 (Leer: Romanos 8:28-30)
Lo primero que a muchos les gusta citar cuando enfrentan
dificultades es: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados»
(Romanos 8:28). Pero no es fácil creerlo en momentos complicados. Una vez, me
senté a hablar con un hombre que había perdido tres hijos, una tras otro, y lo
escuché lamentarse: «¿Cómo puede ser para mi bien semejante tragedia?». No supe
qué contestar, pero permanecí a su lado, en silencio y acompañándolo en su
dolor. Varios meses después, él estaba agradecido, mientras afirmaba: «Mi
tristeza está acercándome a Dios».
Incontables testimonios avalan la verdad de estos
versículos. La historia de Fanny Crosby, la escritora de himnos, es un ejemplo
clásico: quedó ciega a los cinco años. A los ocho, ya escribía poesías y
canciones. Con sus más de 8.000 obras, ha bendecido al mundo entero con títulos
como Salvo en los fuertes brazos y
Salvador, a ti acudo.
Es difícil
entender qué hay de bueno en las tragedias que enfrentamos, y no siempre lo
veremos en esta vida, pero Dios tiene sus
propósitos y nunca nos abandona.
¿Qué prueba en tu vida descubriste que te benefició? ¿Qué
cosas buenas trajo aparejadas? ¿Estás atravesando ahora alguna dificultad y
orando para ver algo beneficioso en ella?
Dios siempre tiene buenos propósitos para nuestras
pruebas.
(La Biblia en
un año: Salmo 119:1- 88 – 1 Corintios 7:20-40)
ACHARLES - (Devocional “NUESTRO PAN DIARIO")