viernes, 21 de agosto de 2015

A todo esto ¿quién eres tú? 21 agosto




“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.”  Romanos 12:1-3


Siempre resulta divertido sacar un montón de fotografías tuyas y ponerlas en orden por año para ver cómo has cambiado. Allí estás con ese raro corte de pelo que tenías que tener. El vestido o el pantalón estaba tan de moda que tenías que usarlo todos los días. Y está lo principal que puedes detectar al revisar esas fotos: la persona que ves en esas fotos año tras año crece continuamente.

No obstante, puede ser que tu autoimagen se esté achicando.

Tu autoimagen proviene de lo que los demás te dicen. Al ir creciendo te ves según lo que tus padres, maestros, amigos, hermanos y hermanas dicen y piensan, y cómo se portan contigo. Estas opiniones alimentan tu mente juvenil.

Quizá te estás alimentado con información nutritiva y acertada de ti mismo. Quizá te has alimentado de dulces y alimentos llenos de calorías: te han dicho que no tienes defectos. Y quizá has estado recibiendo las sobras podridas: te han alimentado con un concepto totalmente negativo de ti mismo.

Contesta esto: ¿Recibes alguna vez comentarios negativos como los siguientes, aunque sean en broma?

• "Estás en el grupo de lectura de los bobos".
• "¿Qué quieres, retrasado?".
• "¿Por qué nunca puedes ayudar? No sirves para nada".
• "¿Por qué no te puedes portar bien como tu hermana?".
¿Qué sucede cuando oyes comentarios como esos de ti mismo?

Empiezas a creer lo que te dicen.

Primero, lo oyes: "Eres tonto".
Segundo, lo piensas: ¿Tendrá razón? ¿Soy realmente tonto?
Luego tienes una experiencia que lo subraya. Cometes un grande error y alguien se ríe de ti y dice: "Eso sí que fue tonto".
Después empiezas a sentirlo: ¡Qué bobo fui! Me siento bastante tonto.
Por último, lo crees: Me dicen que soy un tonto, hago cosas tontas y me siento tonto. Debe ser cierto. Soy un tonto.

¿Te das cuenta por qué es tan importante saber lo que Dios dice de ti? Cuando lees la Biblia, te vas dando cuenta cuánto te valora Dios. Cuanto más te ves como Dios te ve, más acertado estarás en cuanto a quién realmente eres. Y el concepto de Dios es el acertado.

ORACIÓN. Señor, gracias por amarme tanto, gracias por hacerme saber que valgo mucho para ti y que tu concepto es el acertado, ayúdame a conocer cada día más quién soy en Cristo Jesús, amén.


JOSH MCDOWELL - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)







TRADUCCIÓN