UNA MANERA DE AMAR A TUS HIJOS:
LEERLES LA BIBLIA
Por Jen Cordeiro
“Las ancianas asimismo sean
reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del
bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos” Tito
2:3-4
A lo largo de mis próximos tres artículos, me gustaría compartir algunas
maneras prácticas para nosotras, como madres cristianas, de amar a nuestros
hijos. La primera forma es la siguiente: mediante la lectura de la Biblia a
nuestros hijos. (Si somos cristianos nuevos, o no conocemos bien la Biblia,
esta es una gran oportunidad para nosotros de aprender junto con ellos.)
Incluso cuando nuestros hijos son muy jóvenes, son capaces de escuchar
la Biblia, y esta es la mejor educación que podamos darles (y nosotros mismos),
y la única que tiene la promesa tanto para esta vida y también para la vida
futura.
PROMESA DE LA VIDA POR VENIR. En 2 Timoteo 3:15, Pablo, bajo la
inspiración del Espíritu Santo, escribe a Timoteo, diciendo: “y que desde la
niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría
que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.”
Sólo Dios, a través de su Palabra, es capaz de dar a nuestros hijos “la
sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús” (2 Timoteo
3:15).
A través de la Biblia, Dios nos enseña la verdad acerca de quiénes
somos, quién es Dios y cómo es posible que tengamos paz con Él por gracia,
mediante la fe en el Señor Jesucristo solamente.
PORQUE DIOS ES VERDAD, SU PALABRA ES
VERDAD. El Señor
Jesús dice la verdad. El Señor Jesús es la Verdad. Él dice, “Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
En el libro de Apocalipsis, Dios le da a Juan una visión de la segunda
venida del Señor: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y
el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y
tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de
una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.” (Apocalipsis
19:11-13). El Señor Jesús, el Hijo de Dios, "se llama Fiel y
Verdadero" y "su nombre es: La Palabra (Verbo) de Dios.”
Dios es bueno para darnos la Palabra de Dios: Jesús, el Hijo de Dios,
como el "único mediador" entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5), y Él es bueno para darnos su Palabra, la Biblia –la fuente de la Verdad y la revelación de
nuestro Señor–.
La Biblia llama a Dios el "Dios de la verdad" (Salmo 31: 5;
Isaías 65:16). También testifica que la Palabra de Dios es la verdad
(2 Samuel 7:28).
Nosotros necesitamos a Dios, y también nuestros hijos. Necesitamos la
verdad, y también nuestros hijos. Necesitamos la Palabra de Dios, y también
nuestros hijos. Y todos necesitamos al Señor Jesucristo, con el fin de ser
salvo.
PROMESA DE ESTA VIDA. “Bueno y recto es el Señor; por
tanto, El muestra a los pecadores el camino. Dirige a los humildes en la
justicia, y enseña a los humildes su camino. Todas las sendas del Señor son
misericordia y verdad para aquellos que guardan su pacto y sus testimonios. Oh
Señor, por amor de tu nombre, perdona mi iniquidad, porque es grande.” (Salmo 25: 8-11).
Dios "muestra el camino a los pecadores." Él no nos ha dejado
adivinar lo que es correcto y lo incorrecto. Él no nos ha dejado pasar por esta
vida apoyándonos en nuestras ideas falibles y pecadoras, ni depender del mundo
para enseñarnos.
No estamos condenados a hacer lo correcto en nuestros propios ojos, como
la gente en el libro de Jueces lo hicieron. Necesitamos no construir nuestras
casas sobre la arena.
Dios nos ha dado su Palabra, el Salmo 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera
a mi camino.” La sabiduría clama de sus páginas, "Volveos a mi
reprensión: he aquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré conocer
mis palabras.” (Proverbios 1:23).
Con la ayuda de Dios, no tenemos que tropezar a través de esta vida en
la oscuridad, ni dejar a nuestros hijos hacerlo. Volvámonos a Él, volviendo a
Su Palabra – leyéndola, y, por Su poder, hacer caso a lo que dice.
AMEMOS A NUESTROS HIJOS. El mundo es nuestro enemigo. Nuestra
carne es nuestro enemigo. Satanás y los demonios son nuestros enemigos. Pero
Jesucristo es Fiel y Verdadero. Él es Dios, y el único que es bueno y quiere lo
que es bueno para nosotros y para nuestros hijos. Él nos habla a través de Su
Palabra: la Biblia.
Hagamos nuestra parte para llenar nuestras mentes y corazones –y las
mentes y los corazones de nuestros hijos– con la Palabra de Dios al leerles la
Biblia. Esta es una excelente manera en que usted puede amar a sus hijos.