“... Él dirigirá tus senderos” (Proverbios 3:6 BLP)
Sin dominio
propio, acabamos haciéndonos daño, pero si nos volvemos excesivamente
controladores, eso indica que no confiamos lo suficiente en Dios. En última
instancia sólo Dios determina nuestro futuro. Por eso, “Confía plenamente en el
Señor y no te fíes de tu inteligencia. Cuenta con Él en todos tus caminos y Él
dirigirá tus senderos” (Proverbios 3:5-6 BLP). Si sabes que te gusta controlar
todo detalle y aspecto de la vida, intenta usar las siguientes estrategias para
desarrollar la mentalidad apropiada:
1) Entiende que no eres un ser independiente y
autosuficiente. “... Somos Su pueblo, ovejas de Su prado” (Salmo 100:3
CST). Las ovejas no pueden cuidarse a sí mismas; necesitan al pastor para que
las alimente, las dirija y las proteja. Así somos nosotros.
2) Cuando suceda algo inesperado, responde siempre
con calma. No hay nada que a Dios lo pille por sorpresa. Lo que parece una crisis,
muchas veces es una oportunidad para demostrarte que te ama y que le importas.
3) Céntrate en lo interior y confía lo exterior a
Dios. Una vez que estés convencido de que no puedes controlar la mayoría de las
cosas externas que ocurren, aunque sí tu reacción ante ellas, dejarás de
agobiarte por lo que se te escapa de las manos y lo inevitable. Respira hondo
para ralentizar el flujo de adrenalina, ora para tus adentros y luego entrégale
tu problema a Dios. Recuerda que Sus planes para tu vida no han cambiado. “Me
viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en Tu libro.
Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara” (Salmo 139:16 NTV).
No pretendas controlarlo todo.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")