sábado, 27 de junio de 2015

Permanecer cuando tienes ganas de abandonar (3) 27 junio




"orad así... hágase tu voluntad"  (Mateo 6:9-10 CST)


Aquí tienes otras dos claves que te servirán para resolver conflictos matrimoniales:


1) Deja que Dios dirija tus oraciones. Las oraciones pueden ser abiertas o cerradas. Cuando creemos que nuestra perspectiva es la única válida, hacemos oraciones cerradas pidiendo a Dios que resuelva el problema a nuestra manera, convencidos de que es la única forma correcta. Sin embargo, orar así genera dos problemas. Primero, nos encierra en un modo de pensar rígido y no nos permite contemplar otros puntos de vista. Segundo, no nos deja ver las cosas como las ve Dios, el único capaz de sanar y restaurar la relación.

Con las oraciones abiertas, en cambio, pedimos a Dios que solucione el problema a Su manera. "Orad así... hágase tu voluntad...". Pídele a Dios que os revele Su voluntad a ambos, espera hasta que lo haga y luego orad en consecuencia. La Biblia dice: "Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Dios oye... podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido" (1 Juan 5:14-15 CST).


2) Quita todo lo que condiciona tu amor. ¿Te cuesta? El amor es un mandamiento bíblico, no una emoción arbitraria. Dios no te está pidiendo que te sientas cariñoso y enamorado, sino que actúes en amor. Eso no es de hipócritas; es elevarse por encima del resentimiento, el dolor y el miedo y poner en práctica la fe genuina. Significa preguntarte: 'Si estuviera amando incondicionalmente ahora mismo, ¿qué haría? ¿Cómo me relacionaría con mi marido (o mujer)?' Luego, hazlo. La Biblia dice. "El amor jamás se extingue...." (1 Corintios 13:8 CST). Empieza actuando en amor y luego los sentimientos amorosos seguirán, tanto en ti como en tu cónyuge.
    

BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN