“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,
sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.” Efesios 6:4
Es muy fácil para los
niños encontrar su identidad envuelta en valores externos como su desempeño o
apariencia, ¿por qué? En gran parte porque esos son los valores que sus padres
y maestros exaltan y refuerzan. Los niños son aplaudidos si son bonitos, si son
graciosos o si son deportistas. Gracias a los adultos en sus vidas, no les
lleva mucho a los niños comenzar a vivir por tres principios principales:
Si soy atractivo
físicamente y otros me admiran, seré especial. Si me desempeño bien y logro
grandes cosas, seré aceptado. Si obtengo un estatus social y otros me
reconocen, seré alguien.
Pero ¿qué pasa con el
niño que no es tan lindo o gracioso? ¿Qué pasa con el niño que nunca ha ganado
un papel en la obra de la escuela o no es deportista? Tristemente niños como estos son comparados, rechazados o ignorados por
los adultos que les rodean. Ellos comienzan a cuestionar su propia
identidad y a dudar de su valor. Satanás se aprovecha de estos falsos valores
que nuestra sociedad promueve.
Los niños pueden luchar
con su identidad y su aceptación porque sus padres luchan con los mismos
asuntos. Los niños que crecen con principios falsos de identidad y aceptación
no se libran de ellos automáticamente cuando se vuelven adultos. Como adultos
ellos continúan basando su identidad en estas guías externas y tienden a
perpetuarlo en sus hijos. Si vas a ayudar a tu hijo a darse cuenta de su
identidad y aceptación en Cristo, debes guiar el camino al hacerlo en tu propia
vida.
ORACIÓN. Señor, dame sabiduría para enseñar a mis hijos y
nietos lo que significa ser un hijo de Dios y estar en Cristo. Perdóname por
las veces que he alentado falsos valores ante ellos, en el nombre de Jesús,
amén.
NEIL ANDERSON -
(DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)