jueves, 25 de junio de 2015

5 FORMAS EN LAS QUE SOY COMO GEDEÓN 25 junio

5 FORMAS EN LAS QUE SOY COMO GEDEÓN



Por Edurne Mencia






¿Conoces la historia de Gedeón? Puedes leerla en Jueces 6-8. Dios lo usó para derrotar al ejército de Madián con solo 300 hombres. Hoy quiero contarte cinco formas en las que me parezco a Gedeón:


1. Me desanimo porque sé que Dios puede hacer cualquier cosa... pero no lo hace cuando yo quiero.

La historia comienza con un Gedeón escondido, desanimado y apesadumbrado. El sabe lo que Dios ha hecho en el pasado. Sabe lo que Dios podría hacer en ese mismo momento, pero está atrapado en ese espacio entre “saber” y “ver”, entre recordar y poner en acción la fe.


2. Veo el problema... pero soy muy débil para resolverlo.

Gedeón sabe que Israel necesita ser liberado y restaurado, pero piensa que no hay nada que él pueda hacer. Está convencido de eso porque sus ojos están en él mismo, no en el Señor. Cuando te sientas demasiado débil como para lidiar con los problemas en tu vida, levanta la mirada. Tú eres débil para resolverlos pero Dios no.


3. Pido una señal de parte de Dios... pero cuando me la da parece no ser suficiente.

¿Te ha pasado alguna vez? Le dices a Dios que confiarás totalmente en El o harás lo que sabes que te está pidiendo si Dios te muestra una señal. Necesitas esa señal, ese gesto, esa intuición desesperadamente para poder actuar. Entonces Dios te da una señal. Te da dos, te da tres... y sigues sin reaccionar ¡Suficiente! Si estás viviendo por fe no necesitas señales, Dios te ha dejado Su Palabra para guiarte.


4. Miro los números para tomar ánimo... pero olvido al Dios de la Victoria.

Cuánto tengo – cuánto dinero, cuántos amigos, cuántas oportunidades... Parece que cuanto más mejor. Descansamos cuando los números se incrementan y nos desesperamos cuando bajan ¡No lo hagas más! No confíes en los números, no sirve de nada. Gedeón tenía un ejército de 32.000 y Dios dijo “¡No! No es así como quiero que ganes esta batalla”. Y redujo el número de soldados a 300 probando que la batalla es de El y que la victoria nos la da El.


5. Dios me ha llamado, yo lo sé,... pero a veces siento temor.

Justo después de que Dios llamó a Gedeón, le pidió que destruyera el altar de Baal que Israel había erigido. Gedeón lo hizo, pero tuvo temor de hacerlo durante el día y lo hizo durante la noche (Jueces 6:27). ¡Yo soy así! Quizás tú también; sabes lo que Dios quiere que hagas, sabes que estás llamada a hacerlo, pero sientes temor en lugar de disfrutar del gozo y la libertad de tu llamado.

Dios llamó a Gedeón. Le dio señales. Le hizo superar sus miedos. Le dio la victoria.

¿Estás enfrentando una batalla difícil? ¿Vas a ser como Gedeón o vas a confiar plenamente en el Dios que te da la victoria?









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