"Vuestra actitud debe ser como la de Cristo Jesús"
(Filip. 2:5 CST)
"Cada uno debe
velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los
demás" (v. 4 CST). La madurez espiritual es la capacidad de ver y actuar
de tal modo que beneficie a los demás. A los inmaduros les cuesta percibir las
cosas desde la perspectiva del otro. Pocas veces se preocupan por lo que es
mejor para el prójimo. En muchos aspectos son como niños. En el libro Property
Law as Viewed by a Toddler (La Ley de la propiedad vista por un niño pequeño)
de Michael V. Hernández, se describe el mundo desde el punto de vista de un
niñito:
1) Si me gusta, es mío.
2) Si lo tengo en la mano, es mío.
3) Si te lo puedo quitar, es mío.
4) Si lo tenía hace un rato, es mío.
5) Si es mío, no tiene que parecer nunca que es tuyo.
6) Si estoy haciendo o construyendo algo, las piezas son mías.
7) Si parece mío, es mío.
8) Si yo lo vi primero, es mío.
9) Si lo puedo ver, es mío.
10) Si creo que es mío, es mío.
Por desgracia, no siempre se alcanza la madurez con los
años; en muchos casos los años se suman solos, sin traer nada más con ellos. Debes luchar contra
esa actitud egoísta innata, lo que puede ser una batalla que dure toda la vida.
Pero es sumamente importante, ya que si no la ganas, acabarás ocupándote
únicamente de tus propios asuntos y pasando por alto a los demás. A las
personas que no te son útiles, no les prestarás tiempo ni atención. La Biblia
dice: "Vuestra actitud debe ser como la de Cristo Jesús" (Filipenses
2:5 CST). Todo lo que Él hizo, lo hizo por los demás. En resumen: si te quieres
tomar en serio el seguir los pasos de Jesús deja el egocentrismo.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")