"...las enseñanzas que nos diste... me hacen más feliz..." (Salmo 119:14 TLA)
Antes de estudiar la
Biblia, ponte a orar un rato. Pídele al Señor que te limpie de todo pecado y
que te llene del Espíritu Santo para estar en comunión con Él durante el tiempo
que dediques al estudio. Recordemos que el fin de estudiar las Escrituras no es
recibir nuevas revelaciones y normas, sino estrechar tu relación con el Autor
de la Biblia. El salmista dijo: "¿Con qué limpiará el joven su camino?
¡Con guardar Tu palabra!" (Salmo 119:9). El pecado no corta tu relación
con Cristo, pero sí dificulta tu comunión con Él. Y tienes que estar en
comunión con Él para poder entender y poner en práctica Su Palabra. Así que antes de escudriñar las Escrituras,
pídele a Dios que escudriñe tu corazón.
Pablo dice: "Los
que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales...
Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y por eso pensamos como Cristo"
(1 Corintios 2:14-16 TLA). Quizás leas el mismo fragmento muchas veces y sigas
sin ver lo que Dios quiere hasta que Él te abra los ojos (Salmo 119:18). Cuando
te los abra, entenderás el estudio de la Biblia de otra forma. Serás como
alguien hambriento sentado a una mesa repleta de comida suculenta; anhelarás la
Palabra de Dios, te entusiasmarás con ella y crecerá tu fe. Como dijo Pablo:
"...Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás
pudo ver, ni escuchar ni imaginar. Dios nos dio a conocer todo esto por medio
de su Espíritu, porque el Espíritu de Dios lo examina todo..." (1
Corintios 2:9-10 TLA).
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")