"Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de
tu ley." Salmos 119:18
Veamos algunos consejos
prácticos para sacar más provecho al estudio de la Biblia: Organízate; si no,
no te quedará tiempo. Aprende a decir "no" a lo trivial. Para muchos
de nosotros, el mayor obstáculo para el estudio de la Biblia es la televisión.
Una persona media la ve cuatro horas diarias. Si echamos cuentas, son sesenta y
un días al año, o sea, ¡dos meses! A los dieciocho años de edad, el individuo
medio ha visto 200.000 actos de violencia, incluidos 16.000 asesinatos. A los
sesenta y cinco años de edad, se ha pasado nueve años y medio viendo la
televisión. En cambio, si vas a la escuela dominical desde que naces hasta que
alcanzas los sesenta y cinco años, sólo acumulas cuatro meses de enseñanza
bíblica. No es de sorprender, entonces, que nos quedemos tan cortos en el
ámbito espiritual.
Disciplínate disponiendo un tiempo concreto cada día para
estudiar la Biblia y no dejes que nada se interponga. Hazlo cuando mejor te
encuentres física, emocional e intelectualmente, no cuando estés distraído y
con prisa. Tú ya sabes si rindes más por la mañana o por la noche, así que
elige el momento en el que estés más fresco. Puede que el espíritu tenga ganas
pero la carne sigue siendo débil; si no quieres que te entre el sueño en el
momento de estudio, no lo hagas cuando estés cansado o justo después de una
comida abundante. Utiliza un cuaderno para apuntar lo que recibas y anota lo
que Dios te vaya diciendo. Al escribir haces tres cosas: aclaras, refuerzas y
personalizas. Asimismo pregúntate: '¿Qué puedo aprender de este pasaje?'. Te
ayudará a grabar la Palabra de Dios en tu mente y te refrescará la memoria para
saber qué hacer con lo aprendido.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")