“Padre -dijo Jesús-, perdónalos, porque no saben lo que
hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de
Jesús.” Lucas 23:34
Cuando un hombre es
ignorante y no sabe lo que debe hacer, ¿qué debe hacer? Bueno, no debe hacer
nada hasta que sepa. Pero he ahí el problema, aunque no sabíamos, escogimos
hacer lo incorrecto. Si no sabíamos, ¿por qué no escogimos hacer lo correcto?
Pero al estar en la oscuridad, nunca nos volvemos a lo bueno sino que siempre
damos bandazos a la izquierda, de pecado en pecado. ¿No nos demuestra esto cuán
depravados son nuestros corazones? Aunque buscamos estar en lo correcto, cuando
nos dejan solos, nos vamos a hacer lo malo. Deja a un niño solo, a un hombre
solo, a una tribu sola sin enseñanza e instrucción, y ¿cuál es el resultado? Pues el mismo que cuando uno deja solo un
campo. Nunca produce, ni por casualidad, trigo o cebada. Déjalo solo y
aparecen hileras de malas hierbas, espinas y zarzas, lo que demuestra que el
estado natural de la tierra se inclina a producir aquello que no vale nada.
Necesitabas luz pero
cerraste tus ojos al sol. Tuviste sed pero no tomaste del manantial de agua
viva de modo que tu ignorancia, aunque estaba allí, era una ignorancia criminal
que debías confesar ante el Señor. ¡Oh, ven a la cruz, tú que ya has estado
allí y has perdido allí tu carga! Ven y confiesa tu culpa una vez más y abraza
de nuevo esa cruz y mira a aquel que derramó en ella su sangre y alaba su
querido nombre, aquel que una vez oró por ti: «Padre -dijo Jesús-, perdónalos,
porque no saben lo que hacen».
(A través de la Biblia en un año: Josué 13-16)
CHARLES SPURGEON - (Dev. “A LOS PIES DEL MAESTRO”)