“De cierto os digo, que no pasará esta generación
hasta que todo esto acontezca.” Marcos
13:30
Sentados un día
en el monte de los Olivos, Jesús y sus discípulos disfrutaban de la vista
panorámica sobre el valle del Cedrón hacia el templo de Herodes. Ya se le
habían dedicado alrededor de cincuenta años de construcción y todavía no estaba
completamente terminado. Aun así, era una vista espectacular. ‘Mira qué piedras’,
comentaban los discípulos, ‘y qué edificios’ (v. 1). Pero para su asombro, Jesús
respondió que no quedaría piedra sobre piedra en la inminente destrucción del
templo. Este fue el comienzo del así llamado pequeño apocalipsis registrado en
Marcos 13, Mateo 24, y Lucas 21, en el que Jesús concentró su mirada hacia el futuro.
Nuestra dificultad para interpretar su discurso es que él estaba mirando hacia
delante: hacia el futuro inmediato (la caída de Jerusalén y la destrucción del
templo en el 70 d. C.), y hacia el futuro final (la parusía y el fin de la
historia). En cierta medida, Jesús entrelazó ambos eventos en su enseñanza, por
lo cual no siempre queda claro a cuál de ellos está aludiendo.
Los signos inmediatos incluirían el surgimiento de
falsos mesías, guerras y rumores de guerras, terremotos, hambrunas. Pero Jesús
dijo que estos eran ‘principios de dolores’ (v. 8); todavía no era el fin.
Otras señales que anunciaban el fin incluían la persecución y el martirio, la
predicación mundial del evangelio, división en las familias, y grandes
convulsiones en el Sol, la luna y las estrellas, todas ellas imágenes
apocalípticas comunes en referencia a los trastornos sociopolíticos. Entonces
‘verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria’ (v.
26). Es verdad, esa generación no pasaría hasta que ‘todas estas cosas’ (las
señales de anuncio) hubieran ocurrido. Con todo, en contraste con ‘todas estas
cosas’, nadie conoce el día ni la hora, ni siquiera el Hijo.
El principal
énfasis de este breve apocalipsis no se encuentra en algún programa de señales
y de sucesos sino en las recomendaciones reiteradas por Jesús (siete veces en
Marcos 13) de estar alerta y preparados para su venida, ya que nadie sabe cuándo
tendrá lugar. ‘Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad’ (v. 37).
(Para continuar leyendo: Marcos 13)
JOHN STOTT - (Devocional “TODA LA BIBLIA EN UN AÑO”)


