jueves, 12 de marzo de 2015

Pescando en las aguas de nuestro pasado 12 marzo




“El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”  Miqueas 7:19 


Un pequeño y su madre fueron de compras al centro comercial. La madre le pidió al pequeño que se comportara lo mejor posible y recordara las reglas que ya le había explicado cuidadosamente cuando se alistaban para salir, pero no todo salió bien.

El pequeño en varias ocasiones intentó escapar de su madre. Se quejó cuando su madre se negó a comprarle los juguetes del aparador. Se quejó de los bocadillos que su mamá le llevó y exigió en voz alta algo que le comprara algo de ahí.

Cuando el niño se sentó en medio del centro comercial, cruzó los brazos y se negó a ceder, su madre se enfureció. Lo levantó y se dirigió a la salida más cercana. Una vez afuera, firmemente lo tomó de la mano y se dirigió al auto. El niño sabía que estaba en serios problemas.

En el camino a casa, la madre, miraba fijamente y no dijo absolutamente nada. El niño trató de idear un plan que lo salvara de cualquier castigo que la madre tuviera en mente.

"Mamá, he estado pensando, y sé que me comporté muy mal en el centro comercial, lo siento" dijo el niño, la madre miraba hacia el frente y seguía en silencio.

El pequeño tuvo una idea: "mamá, aprendí un nuevo versículo de la Biblia en la escuela dominical ayer" dijo, la madre no respondió nada, él continuó: "la Biblia dice que cuando hacemos algo mal le pidamos perdón a Dios y Él nos perdona, ¿es verdad eso mama?", con los dientes apretados la mamá respondió: "sí, eso dice la Biblia"

Viendo una pequeña luz de esperanza el niño dijo: "mama estaba pensando, ya le pedí a Dios que me perdonara por la forma en que me comporté en el centro comercial, eso significa que Él echó ese pecado en el mar ¿verdad?" su mamá suspirando respondió: "sí, así es."

"¡Qué bien!" dijo el niño. Cuando su madre no dijo nada, se resignó a su destino inevitable, "sólo que tengo el presentimiento de que cuando lleguemos a casa vas a ir a pescar al mar"

Nosotros hacemos lo mismo cuando se trata de lidiar con nuestros pecados. Finalmente llegamos a un punto donde estamos dispuestos a enfrentar y dejar nuestro pecado, venimos ante Dios con un corazón quebrantado y ponemos ese pecado a sus pies. Nos alejamos seguros de Su amor y perdón... hasta que un recuerdo mueve ese perdón y nos hace cuestionar.  El enemigo nos acusa y se burla de nuestra indignidad y nosotros le damos la razón.

Antes de darnos cuenta, estamos re-viviendo pecados que Jesús ya perdonó y echó en la profundidad del mar. Debemos dejar de pescar en las aguas de nuestro pasado. Debemos tratar con el pecado y dejarlo atrás.

Cuando permitimos que el pecado crezca en nuestras vidas, cultiva un sentido de condenación. La culpa pronto aparece y también el enemigo. Satanás ama utilizar la culpa como catapulta para causar estrago en nuestras vidas. La culpa es algo que no se detiene, a menos que lo paremos en seco con el amor incondicional y el perdón de Dios.

El pecado requiere sólo un pago, y ese pago ya se hizo cuando Jesús dio su vida por nosotros en la cruz. Parece demasiado fácil, le pedimos perdón a Dios y nos perdona, ¿es así? Sí.

Actuamos como si el Espíritu Santo necesitara de nuestra ayuda y no la necesita. A veces vivimos de una forma que sugiere que lo que hizo Jesús en la cruz no es suficiente. ¡Es más que suficiente!

La Escritura es clara con respecto a la actitud de Dios cuando un hijo se arrepiente y busca Su perdón: Isaías 1:18  “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí,  vendrán a ser como blanca lana.”

Hoy es el día para que camines en la libertad del perdón de Dios. Hoy es el día en que dejes de pescar en las aguas de tu pasado.

ORACIÓN. Padre estoy cansado de tratar de vivir cargando con mi pasado. Por favor dame la valentía de enfrentar los pecados que he tratado de esconder. Ayúdame a alejarme de ellos dejándolos en tus manos. Gracias Señor por Tu gracia, Tu misericordia, Tu amor y Tu perdón, en el nombre de Jesús, amén.


MARY SOUTHERLAND - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)







TRADUCCIÓN