"Enséñame a hacer tu voluntad..." Salmo 143:10
Al considerar lo que
Dios tiene en Su voluntad para tu vida, empecemos con lo que finges ser. Cuando
sabes que estás haciendo Su voluntad, te puedes quitar la máscara. Ya no hace
falta convencer a la gente de que eres importante mientras que en lo secreto temas
no ser así. No hay nada más aburrido o incómodo que alguien que presume de
conocer a Tal o a Cual persona para impresionar. Un teniente recién nombrado
estaba deseando impresionar a sus subordinados, así que cuando un soldado joven
entró en su oficina, el primero simuló estar al teléfono con el general: 'Sí,
mi General, puede contar conmigo', dijo y colgó. Volviéndose al soldado le
preguntó qué quería. 'Mi teniente, estoy aquí para conectar su teléfono'.
Es duro pretender ser
lo que no eres. Por eso te sientes cansado después de una primera cita, o de
una entrevista de trabajo, o cuando estás con personas que esperan que des
cierta imagen. Dentro de ti hay alguien sin pretensiones. Y es un gran alivio
no tener que fingir ser más humilde de lo que eres, ni hacer como que oras más
o que sabes más de la Biblia de lo que realmente sabes. Lo bueno es que nunca tienes que fingir con Dios, puesto que la
vulnerabilidad sincera le agrada mucho más que la presuntuosidad espiritual.
El salmista oró así: "Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi
Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud" (Salmo 143:10). Sé tú
mismo. Cuando lo hagas, Dios se encargará del resto.
BOB
Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")