"Quiero... que los hombres oren en todo lugar,
levantando manos santas..." 1
Timoteo 2:8
Pablo, al preparar a
Timoteo para el ministerio, quiso que éste entendiera cómo funcionaba la
iglesia. Por eso, comenzó con lo fundamental: la oración. Lo que Pablo estaba
diciendo era: 'Antes de ponerte a hacer nada, ora. Antes de enseñar nada,
enséñales a los tuyos a orar'. ¿Por qué? Porque si Dios no está de tu parte,
¡nada te saldrá bien! La mayoría entendemos esto con la cabeza. Decimos una
oracioncita al salir corriendo de casa, bendecimos la mesa antes de comer,
iniciamos el culto con oración, pero pocos comprendemos la verdadera
importancia de ésta. Pablo no quería que Timoteo se despistara ni que tuviera
la idea errónea respecto al lugar que ocupa la oración en la iglesia. A veces
nos engañamos creyendo que podemos "hacer que sucedan cosas" sin
orar.
Si una iglesia no es de oración, da igual lo bien que
predique el pastor, lo bien que cante el coro o lo bonito que sea el edificio; para que la obra
progrese, Jesús dijo: "...Mi casa será casa de oración..." (Lucas
19:46 CST). Oswald Chambers escribió: "Vemos la oración como un medio para
conseguir cosas para nosotros, pero el concepto bíblico consiste en que conozcamos
cada vez mejor a Dios". No vas a la iglesia sólo para escuchar un sermón
animado o una canción bonita. Vas a encontrarte con Dios. El pastor y el coro
son los canales a través de los cuales Él puede hablar, pero no hay nada que
sustituya a la oración. No es cuestión de sentimientos; tu crecimiento
espiritual y tu supervivencia dependen de ella. Así que si has perdido tu
hábito de orar ¡vuelve a recuperarlo!
BOB
Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")


