sábado, 28 de marzo de 2015

El Espíritu Santo (4) 28 marzo




"Nuestros sufrimientos... nos conducen"  (2 Corintios 4:17 PDT)


Todo lo que Jesús hizo por Sus seguidores lo hace el Espíritu Santo por ti. Jesús nos enseñó y ahora lo hace el Espíritu Santo. Jesús sanó y ahora nos sana el Espíritu Santo. Jesús nos consoló y ahora nos consuela el Espíritu Santo. Jesús nos lleva a nuevas etapas y nos envía a Su Consejero. El viaje de la vida lo haces en compañía del Espíritu Santo, quien te "...enseñará todas las cosas y [te] recordará todo lo que [Jesús] te ha enseñado" (Juan 14:26 TLA). Cuando lleguen los cambios, acéptalos; no te resistas. No sólo forman parte del transcurrir de la vida, sino que también son parte necesaria de la estrategia de Dios.

A fin de usarnos para cambiar el mundo, nos cambia los planes. Gedeón, el agricultor, se convirtió en general. María, la campesina, se convirtió en la madre de Cristo. Pablo, el rabino, se convirtió en un evangelista mundial. Dios hizo de José, el hermanito menor, un príncipe egipcio. Hizo de David, un pastor de ovejas, un rey. Pedro quería pescar en el Mar de Galilea, pero Cristo lo llamó a dirigir la primera iglesia.

Dios nos da los planes, pero ¿qué pasa con los cambios que duelen, esos que son difíciles de entender? Como el feto crece en el útero, tú te estás desarrollando para un tiempo mejor afuera. Dentro del útero tenías la máxima comodidad y seguridad, pero sólo afuera podrás hacer realidad el propósito que Dios tiene para ti. La meta de tu vida en este mundo es prepararte para la vida en el siguiente. Por eso escribió Pablo: "...Los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento" (2 Corintios 4:17 CST). ¡Una gloria eterna e inimaginable!


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN