Éxodo 33:7-11 describe cómo Moisés entraba en el tabernáculo a
hablar con Dios cara a cara. Cuando Moisés regresaba al campamento, su siervo
Josué estaba con él.
La mejor manera de
aprender cualquier cosa es ver a alguien hacerla.
Si quieres ir a un
lugar donde nunca antes has ido, encuentra a alguien que ya haya estado ahí.
Alguien que te pueda decir dónde están las barrancas y falsos retornos, para
que puedas quedarte bien en el camino. Alguien a quien le puedas entender, a
quien puedas sacar ventaja de su conocimiento y experiencia.
Prueba y error están
bien, a veces son esenciales. Después de todo, el fracaso puede ser un gran
maestro para alguien que quiere aprender. Qué mejor, que seguir a alguien que
ya haya andado ese camino. Alguien que pueda decir, "he estado ahí, he
intentado eso y no funcionó. Esto es lo que tienes que hacer". El fracaso
es un buen maestro pero la experiencia es aún mejor.
Josué aprendió pronto
la importancia de un buen mentor. El era un hombre que hizo de todo. Josué era
el asistente personal de Moisés. También fue el sucesor designado por Moisés.
Moisés ya había estado
en el interior de la tienda. Josué siguió a Moisés a donde quiera que él fuera,
sirviéndole, llevando a cabo sus instrucciones y tratando de aprender todo lo
que podía del gran líder. Una de las
cosas que Josué aprendió de Moisés fue su hambre profunda por Dios. El
sabía que cualquier sucesor de Moisés tenía que ser más que un guerrero y
administrador. Sobre todo tendría que ser un hombre de Dios que estuviera
totalmente comprometido con la voluntad de Dios y sus caminos.
Josué aprendió cómo
acercarse a Dios, primero pasando tiempo con Moisés, el amigo de Dios. Josué
estaba en entrenamiento. El ya era un soldado adiestrado y un líder. Ahora
estaba siendo entrenado en la presencia de Dios. Para llegar a ese lugar de
intimidad caminó junto a alguien que ya había estado ahí antes que él. Para
cuando Moisés murió, Josué ya había tomado su lugar. Josué conocía las
habitaciones íntimas del Rey porque su mentor había estado ahí.
¿A quién conoces y
confías que haya estado en el lugar donde quieres ir y podría ayudarte a llegar
ahí? ¿Quién te podría enseñar a entrar en las habitaciones íntimas del Rey?
Encuentra a esa persona, y si él o ella está dispuesto/a, quédate cerca y
aprende todo lo que puedas de esa persona. Deja que esa persona te muestre la
vida de intimidad con Dios. Y luego refléjate en tu modelo.
ORACIÓN. Señor quiero ser íntimo tuyo. Enséñame a alguien que pueda
ser mi modelo y enseñarme cómo entrar en tus habitaciones íntimas.
TOMMY TENNEY - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)


