"Gracias por hacerme..." (Salmo 139:14 NTV)
Buscamos el
significado a la vida de diferentes formas. Pensamos que si podemos
relacionarnos con alguien especial llegaremos a ser alguien especial. O
intentamos que algo de nosotros perdure después de nuestra muerte. Cuando el
billonario se da cuenta de que se van a acabar sus años antes que su dinero,
crea una fundación benéfica. Por el mismo motivo tenemos hijos; pensamos que
cuando nos muramos, nuestros descendientes nos recordarán como "Mi querido
papá" o "Mi buena mamá" y así prolongamos nuestra vida a través
de la suya. El famoso ateo Bertrand Russel dijo: 'Sé que cuando me muera, mis
huesos se pudrirán y nada quedará de mi ego'. A lo mejor piensas que no tiene
razón. ¡Pues claro que no!
Jesús dijo:
"...Aun vuestros cabellos están todos contados" (Mateo 10:30).
Comprobamos un buen número de cosas: la cantidad de dinero en el banco, la
gasolina que queda en el depósito, los kilos en la báscula, etc. ¿Y qué hay del
pelo? Lo peinamos, lo teñimos, lo cortamos pero no lo contamos. Dios cuenta
nuestros cabellos. Dios te tenía en Su
mente, sabe todo lo que atañe a tu vida y te ama. El salmista escribió:
"Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste
en el vientre de mi madre. ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!
Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien. Tú me observabas mientras iba
cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad
de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba
registrado en tu libro Cada momento fue diseñado antes de que un solo día
pasara. Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios..."
(Salmo 139:13-17 NTV).
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")