¡Estamos enfrentando un
tiempo en el cual la palabra liberación tendrá un significado completamente
nuevo! En el pasado, cristianos relacionaban principalmente a la liberación con
sanidad física, pero ¡pronto la máxima liberación será del temor y terror!
La liberación en este
tiempo significará tener una “palabra clara del cielo.” Jesús dijo que los
corazones de los hombres les fallarían por temor al ver cosas terribles suceder
en esta tierra (ver Lucas 21:26) Incluso, gente clamará por conocer lo que Dios
hará en el futuro. Caminarán en distintas direcciones queriendo escuchar la voz
de alguien tranquilo, pacífico y no loco. Ellos clamarán, “¡Por favor dime! ¿Es
este el juicio de Dios? ¿Cuándo va a acabar todo?”
¿Y quién cree usted que
tendrá las respuestas? ¡Usted! ¡El cristiano ordinario que ha estado en
comunión con Dios! Usted estará lleno de calma y paz mientras todo a su
alrededor está cayéndose en pedazos, pues Dios está con usted y usted está escuchando
palabras del cielo. ¡Él le advirtió que esto sucedería y Él prometió
protegerlo!
Yo creo que Dios va a
utilizar a un remanente santo en los últimos días para agitar a multitudes,
para avivar a pastores y despertar a iglesias. Este ejército tornará los corazones de la gente a Dios, trayéndolos al
arrepentimiento -a través de la oración y de la reprobación del pecado-.
Cuando hablo de un
remanente santo en entrenamiento no significa de un ejército de predicadores,
evangelistas y misioneros. Estoy hablando de santos ordinarios, amantes de
Jesús quienes ellos mismos serán señales y maravillas de paz y calma en este
mundo. Dios no quiere un ejército profesional y entrenado por métodos del
hombre. ¡Él quiere hombres y mujeres entrenados en oración por medio del
Espíritu Santo! Dios está buscando a creyentes que se encierren con Él, que
preparen sus corazones delante Él, y que aprendan a escuchar Su voz.
¿Lo anterior lo
describe a usted? ¿Es su vida ahora testimonio ante un mundo temeroso y
agitado? Le exhorto a que pase tiempo a solas con Dios y deje que le hable.
Pídale que le revele su pecado en su vida. Deje a un lado todo aquello que el
Espíritu Santo traiga convicción de pecado. Póngase a Su disposición al
encomendarse a la oración. De esta manera, usted será un soldado listo para
formar parte de Su gran ejército de los últimos tiempos.
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)