"...ahora es el tiempo propicio..." (2
Corintios 6:2 - LBLA)
De la historia del
hombre lisiado al que sanó Pedro se pueden extraer buenas enseñanzas. Las
analizaremos en los próximos días.
1) Estaba en un lugar hermoso pero no lo estaba
disfrutando. "Había un hombre, cojo de nacimiento, que era
llevado y dejado cada día a la puerta del Templo que se llama la Hermosa, para
que pidiera limosna..." (Hechos 3:2). Cuando tienes un problema pertinaz,
aunque estés en un lugar hermoso no puedes disfrutarlo.
2) Estaba muy cerca de la respuesta pero al mismo
tiempo fuera de su alcance. Todos los días se sentaba a la puerta del templo
viendo cómo otros entraban y eran bendecidos. Pero por culpa de su condición
física, La ley de Moisés le impedía hacer lo mismo. ¿Es ahí donde estás tú hoy;
en la iglesia, pero incapaz de recibir lo que Dios tiene para ti? ¿Cantas, oras
y escuchas los sermones, pero siempre estás con el mismo problema?
3) Cuando llegó el momento de su liberación
necesitó ayuda para aprovecharlo. "Pero Pedro dijo: ...En el
nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Entonces lo tomó por la mano
derecha y lo levantó..." (Hechos 3:6-7). Este hombre no tenía motivos para
pensar que ese día iba ser distinto. No sabía que Dios lo había marcado en su
calendario como el día de su liberación. ¡Y éste puede ser tu día! "En el
tiempo propicio te escuché, y en el día de salvación te socorrí..." (2
Corintios 6:2).
El tiempo
propicio para ti es ahora. Pero no sucederá nada a menos que reconozcas tu
necesidad de Dios y te predispongas a recibir su ayuda. Eso implica ser firme
en tu fe, abrirle el corazón, y proclamar las promesas de Dios en la situación
que vives.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


