“Ya el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida
eterna. Ahora tanto el sembrador como el segador se alegran juntos.” Juan 4:36
Él salió de su soledad
y comenzó a sembrar. Eso es lo que quiero decir. Al principio, un cristiano muy
sabiamente vive bajo techo. Ahí dentro se necesita mucha limpieza y fregado.
Cuando las abejas salen de sus células, se pasan los primeros días de su vida
en la colmena limpiando y dejando todo en orden. No salen a buscar miel hasta primero
haber terminado con todo el trabajo de casa. Quisiera que todos los cristianos
hicieran sus tareas domésticas tan pronto como fuera posible. Quiero decir, relacionarse con asuntos
experimentales como el pecado que mora en uno y la gracia vencedora.
Pero después de eso, el
sembrador salió a sembrar. Él no estaba contento con su experiencia privada
pero salió a sembrar. Hay muchas personas que se sienten miserables porque
siempre están en casa. Sal, hermano; sal, hermana. Aunque tu experiencia es importante,
solo tiene importancia como plataforma para una utilidad verdadera. Arréglalo
todo adentro para que puedas trabajar afuera.
(A través de la Biblia
en un año: Marcos 15-16)
CHARLES SPURGEON - (Devocional “A los Pies del Maestro”)