"Poned la mira en las cosas de arriba, no en
las de la tierra" Colosenses 3:2
Hoy en día tenemos
muy desarrollado los conceptos de la satisfacción instantánea y de acumulación
de lo material. Sin embargo, las cosas "de la tierra" pierden su
atractivo cuando llegan las facturas y empiezan a sumarse los intereses en la
tarjeta de crédito. Entonces las bendiciones se convierten en maldiciones y te
arrebatan la alegría de la vida.
Un pastor
afirma: "El materialismo no satisface porque es tiránico, y los seres
humanos nacieron para ser libres... Nos encontramos con que no somos dueños de
la casa, sino que la casa es nuestra dueña. Estamos casados con una hipoteca.
Nos volvemos esclavos de los aparatos y de la ropa. Después de comprarlos,
recibirlos e instalarlos, disfrutamos de una sensación de placer momentánea,
pero éstos siguen dominando, dictando y demandando: 'Presióname, límpiame,
arréglame, píntame, pódame, enyésame'. Pasan nuestros mejores años y el groso
de nuestros ingresos va para "cosas" hasta que... no nos queda tiempo
para dedicarnos a las actividades agradables de la vida, como visitar a amigos,
divertirnos e ir a la iglesia... ni para buenas acciones, visitar lugares o a
la gente que más felicidad nos da. Pablo dice: "Gran ganancia es la piedad
acompañada de contentamiento" (1 Timoteo 6:6). Y para experimentar ese contentamiento hay que contar las bendiciones
recibidas en el día y agradecer a Aquél que hizo que todas ellas fueran
posibles".
Jon Walker
escribió: "Supongamos que hay una línea imaginaria entre lo que ves y lo
que no ves, entre lo temporal y lo eterno. Nuestro objetivo en Jesús es poner
los ojos en "lo de arriba" para entender que lo que vemos y sentimos
no se corresponde exactamente con la medida de la realidad de Dios... las
personas son seres eternos y las decisiones que ahora parecen insignificantes,
cuando se ven en la plenitud de la realidad, cobran una importancia
eterna".
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")