El que vence la muerte
tiene todo el poder y no hubo una evidencia más grande del poder de Cristo
sobre la Tierra que aquéllos que fueron resucitados de entre los muertos. “Porque como el Padre levanta a los
muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida” (Juan
5:21). Claramente, Jesús declaró tener poder sobre la muerte. Inclusive, Él
dijo de sí mismo: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25), ¡y Él lo
demostró!
¿Creemos verdaderamente
en las palabras de Jesús? Él dice: “De cierto, de cierto os digo: Viene la
hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que
la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha
dado al Hijo el tener vida en sí mismo” (Juan 5:25-26).
Jesús no se está
refiriendo tan sólo a la resurrección final; Él está describiendo Su poder
actual para levantar todo lo que esté muerto. Su poder actual para inundarnos
de Su vida. Como puedes ver, todos tenemos
un cementerio secreto en nuestras vidas, algo o alguien en lo que nos dimos por
vencidos hace mucho tiempo. ¡Lo enterramos y escribimos en la lápida, su
fecha de defunción!
Una persona muy cercana
a nosotros nos contaba acerca de la graduación de su hijo. Junto con todos los
familiares que irían, su ex esposo (que la había dejado años atrás por otra
mujer) estaría presente. El matrimonio en sí estaba más allá de una
resurrección, ya que el hombre tenía ahora otra esposa. Pero Dios hizo que
nuestro amigo regresara al lugar de la sepultura de dicho matrimonio y orara
por su salvación ¡y por la salvación de su esposa! Esta mujer no tiró la toalla
con los muertos espirituales.
A otra querida hermana
en Cristo, su esposo la abandonó años atrás. Hoy, el hombre está perdido en
profundo pecado. Donde antes había un matrimonio bueno, ahora hay una lápida.
Ella también tuvo que aprender que Jesús nunca se rinde ante lo muerto. No es
que ella quiera de vuelta al hombre (de hecho, lo más probable es que nunca regrese),
más bien, ella quiere que él resucite de la muerte del pecado. Ella no se
rendirá ante la muerte ¡porque servimos a un Dios que tiene el poder de
resurrección actual y presente!
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)