viernes, 16 de enero de 2015

La oración (2) 16 enero




"Cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta"  Mateo 6:6


¿Alguna vez has intentado conversar con un niño de 2 años? Cuando vas a mitad de frase, decide que es un buen momento para jugar con sus juguetes o perseguir al perro por la casa. A veces tratamos así a Dios. Le damos unos minutos apresurados y nos acordamos un poco de Él aquí y allá pero no le dedicamos tiempo ni buscamos un lugar para prestarle plena atención. Nos olvidamos de que el lugar de la oración es también el lugar de la respuesta a la oración. Nuestro problema es "la guerra de los pensamientos y las divagaciones". Cosas olvidadas de repente "desfilan" por la mente requiriendo nuestra atención. Como dijo Santiago, si somos "de doble ánimo", no recibiremos respuestas a nuestras oraciones (Santiago 1:8).     

¿Qué podemos hacer?

1) Ora en voz alta. Así, le cuesta más a tu mente divagar. Quizá te sientas incómodo al principio, pero enseguida te acostumbrarás.

2) Anota los pensamientos que te distraen. Cuando te vayan llegando otras ideas a la mente, escríbelas y olvídate hasta más tarde. Y si no consigues dejar de pensar en algo, preséntaselo a Dios en oración.

3) Ten un diario. A veces no sabemos qué queremos o cómo nos sentimos respecto a algo hasta que lo ponemos por escrito. Entonces, como si fuera un espejo, ves tus necesidades y tus ansias más profundas delante de ti, y de Dios. Háblale de tus anhelos y deja que Él los purifique. Menciónale tus tentaciones y deja que Él te fortalezca. Cuéntale tus rencores y deja que Él te perdone y te ayude a perdonar a otros. No hay mayor privilegio que la oración, así que no la descuides.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN