Dios alcanzó a Enoc y
lo traspuso en respuesta a su fe. Enoc ya no podía soportar la idea de estar
detrás del velo, ¡él tenía que ver al Señor! Oró, creyendo que Dios contestaría
su clamor de estar en Su misma presencia. Estaba tan "fuera de lugar"
aquí en la tierra que le dijo a Dios: "¡Ven! No hay nada para mí
aquí".
Piense en la manera en
que los cristianos están despilfarrando lo que ellos llaman "fe". La
que tienen es toda centrada en sí mismos, en sus necesidades, sus deseos y sus
planes; y a menudo consiguen lo que quieren, pero eso sólo los hace más
miserables. ¿Dónde están los Enocs que usan su fe creyendo en ser trasladados
de las tinieblas diabólicas a las manos del amado Hijo de Dios?
Enoc no tenía Biblia,
ni himnarios, ni profesores, ni al Espíritu Santo morando dentro de él, ni
siquiera velo rasgado que le diera acceso al Lugar Santísimo. ¡Pero él conocía
a Dios! Sin el reproche o la insistencia de un profeta, sin el ejemplo de
otros, Enoc dispuso su corazón en seguir al Señor. ¿Por qué es tan difícil hacer esto hoy en día con todas las ayudas, las
convicciones, las advertencias proféticas y los ruegos del Espíritu Santo?
¿No es un reproche para nosotros que Enoc se haya levantado por encima de esos
días malos y haya caminado con Dios a pesar de la poca ayuda? ¡Hoy en día hay
multitudes que no pueden caminar con Dios en victoria a pesar de toda la ayuda
que Él les ha dado!
¡Enoc creía que Dios
era galardonador de los que le buscan! “Porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador
de los que le buscan.” (Hebreos 11:6). ¿Cómo sabemos que Enoc creía que
Dios era galardonador? ¡Porque esa es la única fe que agrada a Dios, y sabemos
que Enoc le agradó a Dios!
Dios es un galardonador,
un Dios que paga bien por la fidelidad. ¿Cómo premia el Señor a los suyos que
son diligentes? Ha sido mi experiencia que cuando camino del brazo de Jesús,
enamorado de Él, aparecen recompensas por todas partes. Todo lo que hago o
tengo es bendecido: esposa, hijos, amigos y ministerio. Hay una vida de Cristo
que fluye como un río poderoso. Sí, vamos a tener pruebas y tribulaciones. Pero
a través de todo Él nos recompensa con manifestaciones de Su presencia.
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


