"...He terminado la obra que tú me confiaste" (Juan 17:4 DHH)
Los asuntos inconclusos
te roban la energía sin que te des cuenta. William James dijo: "No hay
nada que agote más que una tarea inacabada. Internet ha agravado el problema,
porque ahora recibes más mensajes en un día que antes en un mes. Si no te concentras
en algo no lo vas acabar. Y luego acabas frustrado, sintiendo que nunca acabas
nada. Si no gestionas bien tu tiempo las personas más persuasivas o las
situaciones más urgentes se apoderarán de él. Antes de escoger a sus doce
discípulos y de calmar la tempestad en el mar de Galilea, Jesús pasó toda la
noche en oración: "...Se retiró otra vez al monte Él solo" (Juan:
6:15 LBLA). Fijémonos en la expresión "otra vez". Jesús solía retirarse de las presiones de
las multitudes para determinar su orden de preferencias.
Mac Anderson comenta:
"Sucede algo mágico cuando asumimos la responsabilidad de nuestro
comportamiento y sus consecuencias. Pero no es fácil. Es inherente a la
naturaleza humana "pasar la bola". A medida que me hago más mayor (y
más sabio), cuando las cosas no van bien, siempre encuentro al culpable en el
espejo. Una y otra vez lo que estoy viviendo en el momento es consecuencia de
las decisiones que tomé anteriormente. Si adoptas una actitud de rendir
cuentas, vas a tener más control de tu destino. Te conviertes en alguien que
contribuye en lugar de ser un servidor pasivo. Otros te ven como líder. Adquieres
la reputación de alguien que resuelve problemas. Tienes la satisfacción de ver
las tareas completas. Hay menos enojo, frustración y desesperación, lo que a su
vez conduce a mejor estado de salud. Y las repercusiones positivas se
manifiestan también en tu vida personal y espiritual. A veces ganar no consiste
en acabar la carrera el primero sino en acabar la carrera, sin más".
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


