“Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez
no lo abandonará.” Proverbios 22:6
Está bien reclamar al
pródigo, pero es mejor aún salvarlo de que alguna vez se convierta en pródigo.
Es algo digno de alabanza el recuperar al ladrón y al borracho, pero es mucho
mejor actuar para que el niño nunca se convierta en un ladrón o en un borracho;
por tanto, la instrucción de la Escuela Dominical ocupa un lugar prominente en
la lista de las empresas filantrópicas y los cristianos deben ser muy
vehementes en esta. Aquel que convierta a un niño del error de su camino evita
y también cubre una multitud de pecados.
Y, además, le da a la
iglesia la esperanza de estar amueblada con los mejores hombres y mujeres. Los
Samuel y Salomón de la iglesia se hacen sabios en su juventud; los David y los
Josías tenían buen corazón en sus años jóvenes. Lee las vidas de los ministros más eminentes y por lo general
descubrirás que su historia cristiana comenzó temprano. Aunque no es
absolutamente necesario, no obstante, es altamente propicio para el crecimiento
de un carácter cristiano bien desarrollado que su cimiento esté puesto sobre la
base de una piedad juvenil. No espero ver que aquellos que han vivido una vida
de pecado edifiquen de manera ordinaria las iglesias de Jesucristo sino que
sean hombres y mujeres jóvenes, criados en medio de esta, en el temor y la
exhortación del Señor, que se conviertan en los pilares de la casa de nuestro
Dios. Si queremos cristianos fuertes, debemos mirar a aquellos que fueron
cristianos en su juventud.
(A través de la Biblia
en un año: Oseas 5-8)
CHARLES SPURGEON - (Devocional “A los Pies del Maestro”)


