"Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar a los
hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos
de Israel en el collado de Aralot."
Josué 5:2-3
No voy a plantear una
discusión teológica acerca de la circuncisión, pero este antiguo proceso tiene
un gran significado para la Iglesia de hoy. ¡Qué experiencia dolorosa debe
haber sido para los israelitas quitar el prepucio con un cuchillo afilado como
una señal al mundo que se unieron en una alianza fiel con Dios! Estas personas
habían nacido en el desierto y nunca habían sido circuncidados. Y después que
el evento se llevó a cabo, estaban indefensos y débiles durante días.
¡Entrar al quirófano
hoy significa someterse a la cortante y afilada Palabra de Dios! "Porque
la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos" (Hebreos 4:12). La Palabra verdaderamente corta: "Cuando
oyeron esto, fueron compungidos de corazón" (Hechos 5:33). Cuando Esteban
predicó "se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra
él" (Hechos 7:54).
La Biblia dice que la Palabra de Dios circuncida nuestros corazones. "La circuncisión es la del corazón, en espíritu, no
en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios."
(Romanos 2:29). Hay una "circuncisión no hecha a mano, al echar de
vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo"
(Col. 2:11).
Cada uno de nosotros
tiene en su interior el "oprobio de Egipto" que debe ser removido,
todo lo que es de nuestra carne. Y hay una operación en la que el Espíritu de
Dios arranca todos esos deseos y dominios del mal: ¡Cuando la Palabra de Dios
es anunciada por el ungido de Dios con demostración del Espíritu Santo y poder,
se convierte en el cuchillo afilado! Dios tiene sus Josués hoy en día y les ha
mandado a tomar a su pueblo asegurado por su sangre, liberado, redimido y
resucitado, y a colocarlos bajo el cuchillo de Su Palabra para remover todos
los rastros de idolatría y transigencia.
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


