En Rut 1:6 leemos que
el Señor “había visitado a su pueblo para darles pan”. Noemí escuchó que la
hambruna en Judá había terminado, que Dios había visitado otra vez a su pueblo
con abundancia de pan y bendiciones. Los recuerdos de las bendiciones pasadas
inundaron el alma de Noemí, y ella empezó a añorar el lugar santo. Estaba harta
de Moab y de su idolatría y muerte. Por lo que “se levantó con sus nueras, y regresó… salió, pues, del lugar donde
había estado… y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.” (Rut
1:6-7).
La nuera de Noemí, Rut,
dijo adiós a sus padres, amigos y familia. Le dijo a sus seres queridos de toda
la vida que se iría para siempre, que iba a Judá, un lugar donde Dios estaba
“visitando a Su pueblo”. Pero Orfa “se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses”
(V. 14)
¡Hoy, una vez más, el
Señor está visitando a su pueblo! ¡Una vez más una hambruna ha terminado! Aquí,
en la iglesia de Times Square y en otras iglesias alrededor del mundo, la pura
Palabra de Dios se está predicando. Cuando el Señor visita a su pueblo, “les da
pan”.
Durante la anterior
hambruna de la Palabra, mientras que otros huían al Moab de hoy en día -la mundanalidad, el letargo, la frialdad,
el placer y el éxito- un remanente santo ha perseverado. Soportaron la
auto-exaltación de evangelistas de la televisión, la sensualidad sórdida que
irrumpió en la casa de Dios, la estupidez en el púlpito, y la burla de los
cristianos apóstatas.
Oraron, ayunaron e
intercedieron. Y ahora el Señor ha escuchado su clamor y está visitando a Su
pueblo. ¿Por qué la Iglesia Times Square está llena con buscadores de
hambrientos? ¡Porque se ha corrido la voz de que Dios está aquí! Las personas
están escuchando que la palabra de Dios está fluyendo. Lo mismo ocurre en otros
lugares, a medida que se propaga la noticia que una visita de Dios se está
llevando a cabo. ¡La hambruna se ha acabado! ¡Dios ha enviado pan del cielo y
si todavía no lo has probado, entonces sal de Moab y ve al lugar donde Dios está
visitando a su pueblo!
Esto es lo que hicieron
Noemí y Rut. Su partida hacia la frontera de Judá representa un mover hacia el
Señor. Ellas estaban siendo atraídas por el Espíritu de Dios, atraídas por la
noticia de su visitación.
Hoy en día, de la misma
manera, en el Espíritu veo incontables multitudes regresando a casa, de vuelta
a la plenitud de Cristo, lejos de lo falso, de la futilidad del evangelio de la
prosperidad y de lo fácil, de la doble moral y de la falta de entusiasmo.
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


