“Luego dijo Jesús a sus discípulos: —Si alguien quiere ser
mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.” Mateo
16:24
La cruz que debemos tomar
diariamente no es una nuestra sino es la cruz de Cristo. Estamos estrechamente
identificados con Su cruz, sin embargo, porque hemos sido crucificados con
Cristo y ya no vivimos nosotros, Cristo vive en nosotros (Gal 2:20) Su cruz
proveyó perdón de todo lo que hemos hecho y ha traído libertad de lo que
éramos. Somos perdonados porque Él murió en nuestro lugar, somos liberados
porque nosotros morimos con Él. Estamos tanto justificados como santificados
como resultado de la cruz.
El tomar la cruz
diariamente significa reconocer cada día que le pertenecemos a Dios. Hemos sido
comprados por la sangre del Señor Jesucristo (1 Ped 1:18-19) Cuando tomamos la
cruz, afirmamos que nuestra identidad no está basada en nuestra existencia
física sino en nuestra relación con Dios. Nos identificamos como hijos de Dios
(1 Juan 3:1-3) y nuestra vida está en Cristo, Él es nuestra vida (Col 3:3-4)
Como resultado de este
reconocimiento, dejamos de tratar de
hacer lo que queremos para vivir diariamente complaciendo a nuestro Padre
celestial. Dejamos de tratar de convertirnos en algo que no somos y
descansamos en la obra terminada de Cristo, quien nos hace muy especiales.
Jesús dijo:
"Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su
vida por mi causa, la encontrará" (Mateo 16:25) Aquellos que luchan con
establecer su identidad y buscan establecer un propósito y significado en su
vida natural algún día lo perderán. ¡No nos la podemos llevar! Debemos tomar
nuestra cruz diariamente al reconocer que la vida sólo tiene significado en
Cristo.
ORACIÓN. Gracias Señor porque debido a la cruz puedo estar en
los lugares celestiales contigo. Tú eres mi vida, en Cristo Jesús, amén.
NEIL ANDERSON -
(Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)


