"...Me fue dada una espina en la carne, un mensajero de
Satanás que me abofetee..." (2 Corintios 12:7 LBLA)
Pablo no está hablando
de la clase de espino que se encuentra en los rosales, sino de una estaca aguda
que causa mucho dolor. Y la palabra "abofetear" significa "dar
golpe tras golpe tras golpe". Por eso la siguiente afirmación es
extraordinaria: "...Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me
dio una espina en mi carne... En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor
que me la quitara. Cada vez Él me dijo:
«Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así
que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo
pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y
en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por
Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios 12:7-10
NTV).
Pablo respondió a las
situaciones espinosas haciendo seis cosas:
1) Reconociendo que
necesitaba la fortaleza de Dios.
2) Pidiendo, y hasta
suplicando, la ayuda de Dios.
3) Aceptando la
respuesta cuando Dios dice "No".
4) Apreciando la
respuesta como un "regalo".
5) Actuando con
confianza y siguiendo con su misión.
6) Reconociendo que los
problemas permitían a Dios moldearlo.
Cuando la fuerza
impulsora dentro de Pablo había vuelto a ser dirigida por Dios, el após tol
escribió: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas
vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo
de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20). La
voluntad de Pablo había sido llevada a la Cruz y crucificada. Ahora el apóstol
operaba en la voluntad de Dios y ya no cuestionaba ni el camino ni el precio a
pagar. ¡Ahí es donde Dios quiere llevarte a ti también!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")