"Dios no nos ha dado espíritu de temor..." (2 Timoteo 1:7 DHH)
Para sobreponerte a la
angustia financiera, tienes que:
1) Entender de dónde viene tu ansiedad. A menos que tu nombre
sea Bill Gates, lo más probable es que en algún momento de tu vida experimentes
algún tipo de preocupación financiera. Pero cuando el temor se convierte en tu
estado de ánimo normal, algo va mal; es hora de destapar la caja. El temor
puede ser hereditario, pasado de generación en generación, y te puede atrapar
en un ciclo muy difícil de romper. ¡Pero
puedes romperlo! Gedeón destruyó el altar donde sus familiares habían adorado a
ídolos durante generaciones, aunque éstos se enfadaron con él cuando lo hizo
(Jueces 6:25-30). Gedeón sabía que para poder triunfar en la vida no podía
confiar en nadie más que en Dios.
2) Sobreponte a tus fracasos pasados. ¿Hiciste malas inversiones y ahora tienes temor a
arriesgarte? ¿Estás acumulando para contrarrestar futuras pérdidas? El problema
es que quien no arriesga no gana. En el fútbol, los jugadores que marcan más
goles también son aquellos que más fallan. Pero siguen insistiendo, porque si
no tiran a la portería nunca van a ganar. Un granero lleno de semillas no
produce una cosecha. Es más, cuando el agricultor planta sus semillas es
posible que la sequía o las heladas o una plaga puedan aniquilarlas. Pero si no
las planta el fracaso está asegurado. ¿Te das cuenta?
3) Espera en la bondad de Dios. A medida que te vas haciendo mayor
eres más reacio a arriesgarte y más propenso a buscar inversiones seguras. Eso
se entiende, pero no dejes que el temor te controle. Escribió David:
"Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi
vida..." (Salmo 23:6). Si esperas en la bondad de Dios,
"ciertamente" la obtendrás.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")