Samuel escuchó
claramente la voz de Dios, tan claramente que: "Jehová estaba con él, y no
dejó caer a tierra ninguna de sus palabras" (1 Samuel 3:19). "Y
Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo
por la palabra de Jehová. Y Samuel habló a todo Israel" (1 Samuel 3:21 -
4:1). David oyó hablar a Dios y, en respuesta, ¡él habló con Dios! La voz de
Dios era su alegría y su vida. "Dios ha dicho en su santuario: Yo me
alegraré" (Salmos 60:6).
Muchos, hoy en día, no
creen que Dios todavía habla a los hombres. Dicen que Él sólo habla a través de
Su Palabra, que todo lo que Dios quiere o necesita decir está encerrado en el
Canon de las Escrituras. Ciertamente, Dios nunca dirá una palabra contraria a la Escritura , pero "
Dios… en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo" (Hebreos 1:1-2).
¡Y Su Hijo todavía sigue hablando con
sus hijos! Él dijo que Sus ovejas conocen Su voz y que no prestarán atención a
la voz de otro. Sabemos que Dios habló a los hombres en el Antiguo
Testamento, pero ¿qué acerca del Nuevo Testamento? ¿Qué acerca de estos últimos
días?
Dios le habló a Saulo
(Pablo) en el camino a Damasco: "Repentinamente le rodeó un resplandor de
luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?" (Hechos 9:3-4). Por el resto de su vida, Pablo
testificó: "Yo oí Su voz". Ante el rey Agripa, él dijo: "Oí una
voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea… levántate… porque para esto he
aparecido a ti" (Hechos 26:14,16).
Pedro escuchó y
obedeció la voz de Dios. En oración, él oyó a Dios hablando: " Y oí una
voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come. Y dije: Señor, no… Entonces la
voz me respondió del cielo por segunda vez… Y esto se hizo tres veces"
(Hechos 11:7-10).
Jesús llamó a la última
iglesia de Laodicea para oír Su voz y abrir la puerta: "He aquí, yo estoy
a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y
cenaré con él, y él conmigo" (Apoc. 3:20).
DAVID WILKERSON -
(DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


