martes, 21 de octubre de 2014

Palabra de lo alto (5) 21 octubre




“No cometerás adulterio”  Éxodo 20:14


El séptimo mandamiento dice: “No cometerás adulterio”. Sin embargo, Jesús va más allá: “El que mira con pasión sexual a una mujer, ya ha cometido adulterio… en el corazón. Si tu ojo… te hace caer en pasiones sexuales, sácatelo y tíralo. Es preferible que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno” (Mateo 5:28-29 NTV). No eres responsable de lo que ves, pero sí de lo que te quedas mirando. Pablo le dijo a Timoteo: “Huye… de las pasiones juveniles” (2 Timoteo 2:22); y Santiago escribió: “De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte” (Santiago 1:15 NTV). La inmoralidad tanto en la mente como en la práctica puede acabar destruyendo tu matrimonio, tu dignidad, tu influencia y tu felicidad.

En el libro La Puerta, Mike Yaconelli escribe: “La escritora Susan Howetch se hizo rica con sus novelas best-seller… Tenía casa en varios países, conducía un Porsche y después de divorciarse tuvo unas cuantas “relaciones pasajeras”. Pero a sus treinta años, comenta: “Dios me agarró por la solapa y me sacudió hasta que me castañeteaban los dientes”. Ahora que es cristiana reflexiona: “Era promiscua, pero un día me desperté y dije: ¿Qué estoy intentando demostrar y a quién?”. Sabía perfectamente el qué: que a pesar del fracaso de mi matrimonio seguía atrayendo a los hombres. El hecho de que podía controlar a los hombres inflaba mi debilidad de ego”. ¿A qué conclusión llegó? Que la promiscuidad es un síntoma de que no estás bien con Dios ni contigo mismo”.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN