"Acuérdate del sábado para santificarlo" Éxodo 20:8
El cuarto mandamiento
dice: "Acuérdate del sábado para santificarlo" (Éxodo 20:8). Este
mandamiento no se creó para interpretarse así:
a) Con legalismo. En tiempos de Jesús, había más de
mil quinientas cosas que la Ley
de Moisés prohibía hacer el sábado, como bañarse, caminar lejos o rascarse una
picadura.
b) A la ligera. La otra cara de la moneda del
legalismo es la permisividad. Vamos a cualquier parte el domingo menos a la
iglesia y nos justificamos diciendo que estaremos presentes en espíritu, o que
nos sentimos más cerca de Dios jugando al golf o en la playa. ¡A Dios no le
vale eso!
c) Haciendo lo mínimo. No puedes ir a la iglesia el
domingo y olvidarte de Dios el resto de la semana. Él no es sólo Señor del
sábado, sino de toda tu vida.
El propósito del sábado
era:
1) Un día de descanso. La restauración comienza con el
descanso. Alguien dijo: 'Cuando amas lo que haces, no es trabajo'. Tal vez sea
verdad, pero esa filosofía te puede llevar a saturarte y quemarte. David dijo:
"Me llevas a tranquilas aguas. Me das nuevas fuerzas" (Salmo 23:2-3
TLA). Fíjate en la palabra "tranquilas". Cada siete días, Dios pide
"tiempo de tranquilidad".
2) Un día de restauración. Cuando estaba al final de sus
días, el comentarista bíblico William Barclay, dijo: 'Soy anciano y he
aprendido que hay pocas cosas en la vida que importen de verdad, pero esas pocas
cosas importan sobremanera'. Adorar con otros creyentes es una de ellas porque
abarca las cosas estimadas por Dios, como son Su Palabra, Su voluntad, Su
adoración, Su llamado, Su gracia y Su familia.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


