"Asegúrate de hacer todo según el modelo que te mostré..." (Éxodo 25:40 NTV)
Los humanos nos fijamos
en incidentes concretos, pero el Dios que ve el panorama completo se centra en
patrones y etapas. Él estableció que el día tuviera veinticuatro horas, la
semana siete días, el año cuatro estaciones y que el matrimonio tenga dos
personas, etc. Después del nacimiento, va la infancia, la juventud, la edad
adulta y la vejez. ¡Imagínate lo diferente que sería tu vida sin estas etapas!
Dios nos creó de modo que necesitásemos vidas organizadas. Los buenos patrones
nos proporcionan cierta certeza, y por ella tenemos consuelo, control y
seguridad. El mero hecho de saber que el sábado viene después del miércoles nos
ayuda a sobrellevar mejor una semana de trabajo agotador. Muchos de nuestros
problemas de relaciones se resolverían si prestásemos
menos atención a los patrones negativos que tenemos y nos concentrásemos en los
positivos.
¿Te suena esta conversación?:
El marido pregunta: '¿Por qué siempre tienes que sacarme tema cuando me estoy
durmiendo? ¿No tienes otro momento mejor durante el día?'. La mujer se vuelve:
'¡Nunca hay un buen momento para hacerme caso!'. Usar las palabras
"siempre" y "nunca" sólo agrava el problema. Hasta que no
lo entiendas y cambies tus patrones de comportamiento, irás apagando fuegos en
tus relaciones personales. Si estableces un patrón de comportamiento sencillo,
como pasar juntos una hora o dos a la semana (¿o salir juntos una noche?),
brindarás a tu esposa ese tiempo para ser escuchada. Y en el caso del marido,
éste tendrá la oportunidad de escucharla cuando está fresco y receptivo. Los
patrones y las rutinas son idea de Dios y la certeza y la promesa que nos
brindan nos ayudan a calmar las emociones exaltadas y crear un ambiente en el
que los dos se sientan amados y valorados.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")