La mayoría de
cristianos tienen preocupaciones apremiantes en sus vidas; un niño que está
huyendo de Dios, un matrimonio lleno de tensión, un montón de cuentas
pendientes y sin dinero para pagarlas. ¿Por qué deberías estar preocupado por
volver a caer en las obras si estás enfrentando este tipo de problemas?
Creo que no hay ningún
problema más práctico que una mentalidad esclavista de “obras sobre gracia”.
Tiene implicaciones diarias porque afecta directamente la forma en la que
enfrentas tus problemas.
Digamos que un joven
con una adicción a la pornografía quiere ser libre. Él también tiende a tener
una mentalidad de "obras". Una noche él lee el siguiente pasaje: "¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra" (Salmo 119:9). El joven cree que si lee su
Biblia más, hallará libertad. A continuación, lee un pasaje que dice:
"Orad los unos por los otros". Así que va al grupo de responsables de
hombres y les pide que oren por él.
Todas las acciones que
ha tomado son buenas, pero en su corazón, él está dependiendo de hacer cosas,
dependiendo de las obras, para hallar la libertad que busca. Sin embargo, esta
mentalidad sólo lo conduce más abajo en la esclavitud y la desesperación.
Seguir a Cristo no depende de las obras, no depende de trabajar para obtener lo
que sólo Dios puede proveer por la fe.
Otro joven de la misma
iglesia también está luchando con la pornografía. Él ora: "Señor, sin ti, estoy perdido y eso lo sé
muy bien. Pero, también sé que Tú eres mi esperanza. Vengo a Ti ahora,
dejando atrás mi desesperación y confiando en que Tú harás una obra en mí. Sé
que tan sólo necesito una cosa para vencer este pecado: Tu gracia poderosa. Que
descienda sobre mí ahora. De lo contrario, no tendré esperanza".
Este hombre hallará la
gracia poderosa de Dios. ¿Por qué? Porque él ha derribado todas las barreras
que le impedían alcanzar la gracia: Todo esto, con una simple oración.
Estos dos ejemplos
pueden no parecer muy diferentes por fuera, pero en el ámbito espiritual, han
sucedido movimientos tectónicos. Un corazón ha dejado el pacto antiguo y
esclavizador que dice: "Tengo que ganarme esto", para dirigirse a un
pacto que dice: "Tu gracia impulsa todos mis esfuerzos".
Cuando llegamos a este
punto, veremos a Dios hacer cosas en nuestras vidas que nunca podríamos hacer
por nuestros propios esfuerzos. Te ruego, no descuides la gran salvación que te
ha sido dada. Tórnate a Jesús, quien es siempre mayor y cuya gracia es tu
fuerza para todo.
GARY WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


