En Juan 4:19-26 Jesús le revela a la mujer samaritana la verdadera naturaleza
de la adoración y declara que Dios está buscando adoradores que lo adoren en
espíritu y verdad.
Los humanos somos
adoradores por naturaleza. Dios nos hizo así. En el principio la adoración era
simple e intuitiva. Adán y Eva caminaron en comunión con Dios. Ellos reconocían
y honraban a su Creador, tal como lo planeó el Creador.
El pecado complicó esta
situación. Separados de Dios por el pecado, los humanos perdieron el
conocimiento del "por qué" y "cómo" de la adoración.
Sabemos intuitivamente que la adoración nos lleva al corazón de Dios. Pero ya
no sabemos lo que significa la verdadera adoración. Esta es la razón de por qué
tanta gente alrededor del mundo "adora" a tantos dioses diferentes y
de tantas maneras diferentes.
Cuando la mujer
samaritana sacó el tema de la adoración con Jesús en el pozo, ella preguntó
¿cuál es la manera correcta de adorar a Dios? Ella pensaba que la adoración
tenía que ser en un lugar específico como en un templo o montaña. Jesús le dijo
que la verdadera adoración no es en un lugar físico específico sino dónde se
encuentra el corazón. El dijo, "... la hora vendrá cuando ni en esta
montaña o en Jerusalén alabarán al Padre... pero la hora viene cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre
está buscando esos adoradores. Dios es
espíritu y los que lo adoran deben
adorarlo en espíritu y verdad".
Adorar a Dios en espíritu y verdad es adorar a Dios de
acuerdo con Su naturaleza, Su corazón y Su voluntad. Esto significa
acercarse a Dios con humildad de espíritu y un corazón puro. La humildad y
pureza son protocolos de la verdadera adoración. Estas son características de
aquellos que tienen intimidad con el Padre.
Si quieres alcanzar el
corazón de Dios debes entrar adorando al lugar de intimidad. Los fariseos de
los tiempos de Jesús pensaron que podían entrar a la presencia de Dios a su
manera. Ellos creyeron que sus buenas acciones, su atención cuidadosa de la ley
les daría una pista de entrada al favor de Dios. En verdad, ellos no conocían a
Dios. Es por eso que Jesús citó Oseas 6:6 y les dijo: "aprendan lo que
significa misericordia quiero y no sacrificio". Porque yo no vine a los
justos sino a los pecadores para arrepentimiento.
Ese día en el pozo de
Jacob, la mujer samaritana descubrió quién era Jesús y aprendió el significado
de la verdadera adoración. Su nuevo entendimiento la llevó a una nueva
intimidad con Dios lo que le cambió la vida por siempre. Puedes hacer lo mismo.
Adora al Señor en espíritu y verdad. ¡Entra adorando a la intimidad, te
cambiará la vida!
ORACIÓN. Padre, purifica mi corazón. Ayúdame a caminar en
santidad para que pueda adorarte en espíritu y verdad. Déjame adorarte para
entrar a la intimidad contigo.
TOMMY TENNEY - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)


