lunes, 13 de octubre de 2014

Cuando la oración nos cuesta (2) 13 octubre




"Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros"  Santiago 4:8


Todos queremos lo que tienen los triunfadores, pero no estamos dispuestos a pagar el precio que ellos pagaron. Si ves a alguien con los abdominales marcados y con un cuerpo bien tonificado, probablemente haya pasado su buen tiempo sudando en el gimnasio. Hay un motivo por el que Pablo habla de "luchar en oración" (Colosenses 4:12 CST). Cuando oras, debes ser ferviente, persistente, positivo y esperar cosas buenas de parte de Dios. Tu corazón tiene que entregarse de lleno a ello y creer que Dios hará lo que prometió. No es fácil combatir las distracciones y centrarse en Él. No esperes que tu naturaleza carnal colabore, puesto que ésta acude a la oración a rastras y con desgano. Y no esperes que tu intelecto te anime, pues tu naturaleza autosuficiente siempre elegirá orar como último recurso. Sin embargo, Dios te alentará y te llevará a Su presencia. "Acercaos a Mí y Yo me acercaré a vosotros" (Santiago 4:8).

Un poeta anónimo escribió: "Me levanté temprano una vez y con prisa en el día entré. Estaba tan ocupado que tiempo de orar no saqué. Los problemas me llovían y cada tarea más dura se hacía; '¿Por qué no me ayuda Dios?' pensé. Respondió Él: 'Porque no me pediste ayuda'... Me desperté temprano entonces y antes de empezar el día paré. Tenía tanto trabajo que a orar tiempo dediqué". Muchos problemas se pueden resolver o evitar si sacas tiempo para orar e incluyes a Dios en cada uno de los momentos de tu día. Como dice el antiguo himno: "¿Vive el hombre desprovisto de consuelo y protección? Es porque no tiene dicho todo a Dios en oración". (Joseph M. Scriven: 1855).


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN