"Echad toda vuestra ansiedad sobre él" (1 Pedro 5:7)
Aprende a "echar
toda tu ansiedad sobre Él". Sólo cuando lo hayas hecho, podrás
"detenerte" cuando empieces a abrirle la puerta a la preocupación, y
dejes que ésta entre, se instale y empiece a hacer de las suyas. ¿Cuáles son
tus diez preocupaciones mayores? ¿La salud? ¿El dinero? ¿Una relación? ¿Los
niños? ¿Tu apariencia? Cerciórate de cuáles son tus preocupaciones más
habituales y conócelas de tal modo que las trates como a los mosquitos. Cuando
se te posa en la piel uno de ellos y te chupa la sangre no lo dejas para luego,
ni dices: 'Ya me encargaré de él". No, le das al bichito inmediatamente el
manotazo que se merece. Sé igual de decidido con la ansiedad.
En el momento en que se asome algo que te cause ansiedad,
acaba con ello. No le des vueltas. Atájalo antes de que se lleve lo mejor de ti. En lugar de irritarte
por lo que tu jefe pueda pensar, pregúntaselo. Antes de diagnosticar ese lunar
como cáncer, vete al médico para que lo examine. En lugar de dar por sentado
que nunca saldarás tus deudas, consulta a un experto, traza un plan y recupera
tu poder económico. Mientras estés dispuesto a vivir con las preocupaciones,
nunca las superarás. En lugar de permitir que la ansiedad haga una montaña de
un problemita, levántate en fe y di: "El Señor es mi ayudador; no temeré
lo que me pueda hacer el hombre" (Hebreos 13:6 NKJV). ¿Quién es tu
ayudador? ¡El Señor! Así que echa tus preocupaciones sobre Él y no las vuelvas
a recoger. El salmista dijo: "Entrégale tus cargas al Señor, y Él cuidará
de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan" (Salmos 55:22 NTV).
Pedro escribió: "Echad toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene
cuidado de vosotros" (1 Pedro 5:7). Aprende a "echar" tu carga.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")