"...El que quiera hacerse grande entre vosotros, será
vuestro servidor" Marcos 10:43
Pilato tuvo la
oportunidad de declarar inocente a Jesús y dejarlo en libertad, pero en vez de
eso pidió una palancana y se lavó las manos del asunto. Su actitud fue 'No me
voy a inmiscuir en esto'. Y mucha gente tiene esa misma actitud. Pero no así
Jesús. La noche antes de su muerte pidió una palancana de agua y les lavó los
pies a los discípulos. Les enseñó: "...El que quiera hacerse grande entre
vosotros, será vuestro servidor" (Marcos 10:43). Pedro puso objeciones
porque lavar los pies era la tarea designada al siervo de rango más bajo en las
casas del Medio Oriente, por lo tanto considerada indigna para Jesús. Catherine
Marshall escribe: "Nosotros, los discípulos, tenemos que ser los siervos;
en eso yo estoy de acuerdo con Pedro. Sin embargo Jesús le respondió:
"...Si no te lavo, no tendrás parte conmigo" (Juan 13:8). Éste es un
concepto maravilloso y sorprendente. A menos que yo crea que Dios me ama tanto,
a menos que lo acepte por fe como mi Dios y también mi siervo, a menos que
entienda que Él procura mi bienestar... no puedo disfrutar de Su
compañerismo".
Es algo radicalmente opuesto a la filosofía del mundo, donde
todos quieren dirigir y nadie servir. Pero ser como Jesús significa ser
siervo, porque así se llamó a sí mismo. No te propongas nunca metas demasiado
grandiosas, para que no te ciegues a las necesidades de los que te rodean. Sin
un corazón de siervo estarás tentado a usar tus dones para tu beneficio
personal, o te eximirás de tareas diarias que consideras son indignas para ti.
Pero la única forma de servir a Dios es servir a quienes Dios ama.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


