“No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención.” Efesios 4:30
La primera prueba de la personalidad del Espíritu Santo, es que se le atribuyen todas las características que una persona posee. Ellas son: conocimiento, sensibilidad, y voluntad. Cualquier ser que tiene la capacidad de conocer, sentir y decidir, es una persona. “¿Quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios.” (1 Corintios 2:11) Aquí se le atribuye al Espíritu Santo la capacidad de conocer. El Espíritu Santo no es mera luz que ilumina y capacita nuestras mentes para ver la verdad que de otro modo no descubriríamos. No; Él es una persona que conoce las cosas de Dios y nos revela lo que Él mismo sabe y conoce. “Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según Él lo determina” (1 Cor. 12:11).
Se nos presenta aquí al Espíritu Santo como una divina Persona que nos tiene y nos utiliza según su voluntad. Sin embargo, incontables creyentes sinceros pero desviados se esfuerzan por tener algo de poder divino que puedan usar a su propia voluntad. ¡Qué perverso pensamiento ese de poder agarrar el poder divino y utilizarlo según mi propia necedad e ignorancia! Esa no es la manera. Pero me regocijo de saber que existe una Persona Divina que puede conquistar mi corazón y utilizarme según Su Voluntad infinitamente sabia y amorosa.
Se nos presenta aquí al Espíritu Santo como una divina Persona que nos tiene y nos utiliza según su voluntad. Sin embargo, incontables creyentes sinceros pero desviados se esfuerzan por tener algo de poder divino que puedan usar a su propia voluntad. ¡Qué perverso pensamiento ese de poder agarrar el poder divino y utilizarlo según mi propia necedad e ignorancia! Esa no es la manera. Pero me regocijo de saber que existe una Persona Divina que puede conquistar mi corazón y utilizarme según Su Voluntad infinitamente sabia y amorosa.
“Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios” (Romanos 8:27). Note que la palabra griega traducida como “mente” incluye los tres conceptos de conocimiento, sentimiento y voluntad. Es la misma palabra utilizada en Romanos 8:7 cuando dice “La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios”, en donde la idea incluye toda la vida moral e intelectual de la carne, en hostilidad contra Dios.
Cada referencia bíblica al Espíritu Santo habla de una persona divina que tiene la capacidad de pensar, sentir y decidir. ¡Ojalá que valoremos de tal manera Su Presencia, que jamás agraviemos Su infinito Corazón!
ORACIÓN. Espíritu Santo, confieso que a menudo he fallado en reconocerte y honrarte, y sé que con frecuencia he pasado por alto la obra que Tú deseas realizar en y a través de mi vida. Ayúdame a tratarte de la manera tan real como trataría a Jesús si estuviera físicamente a mi lado. Amén.
R. A. TORREY (Devocional “EL ESPÍRITU SANTO”)