“Dios bendice a los que procuran la paz…” (Mateo 5:9 NTV)
El doctor Gary Fenton dice que el conflicto en
la iglesia se parece mucho a la lucha libre profesional: ¡No es tan dolorosa
como parece! Como líder, tienes que reconocer la diferencia entre:
1) El desacuerdo y el conflicto. El conflicto se da
cuando un grupo se estanca y no puede llegar a un acuerdo. Por ejemplo, cuando
dos miembros del comité de dirección de la iglesia con fuertes personalidades
tienen una discusión acalorada, pero al día siguiente un pastor más joven se
reúne con ellos para salvar las diferencias. Les pregunta si están listos para
tomar una decisión o si el debate exaltado de la noche anterior les ha impedido
dar un paso adelante. Después de la debida consideración los dos admiten que
aunque la discusión de la noche anterior se semejaba a una pelea de gallos, en
verdad no había sido más que una especie de programa de reality show, bastante
teatral pero donde los participantes no se van cuando las cosas se acaloran.
2) La reconciliación y la resolución. La resolución tiene
que ver con encontrar respuestas; es llevar a la gente a la unidad basada en
las relaciones personales, no necesariamente en un acuerdo. No podemos olvidar
que aunque ciertos asuntos nunca serán resueltos, siempre puede haber
reconciliación. Y en ese proceso de buscar soluciones aprendes a transigir y a cercar
más las posiciones.
3) Ser pacífico y ser pacificador. Cierto pastor se
negaba a entrar en las polémicas de la iglesia y para evitarlas no se
presentaba en las reuniones de dirección. Justificaba su ausencia aludiendo su
“deseo de ser pacificador”. Pero ser pacífico y ser pacificador son dos cosas
distintas. Los pacificadores no se quedan pasivos… Se meten de lleno en el
asunto y tratan de reconciliar a las partes implicadas… Se arriesgan y entran
en la lid con un corazón sin prejuicios. Por eso “bienaventurados los pacificadores,
porque serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


