“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto.” Juan 15:16
LA RAMA no escoge a la vid, o decide en qué vid va a crecer. La vid hace brotar la rama, como si dijéramos, según su voluntad. De la misma manera, Cristo dice: «No me elegisteis vosotros a mí.» Pero algunos dirán que no es ésta precisamente la diferencia entre la rama natural y el mundo espiritual, que el hombre tiene una voluntad y el poder de elegir, y que es en virtud de que ha decidido aceptar a Cristo que es ahora una rama.
Esto es indudablemente verdad. Y, sin embargo, es sólo la mitad de la verdad. La lección de la Vid y la enseñanza de nuestro Señor indican la otra mitad, más profunda, divina, de nuestro ser en Cristo. Si El no nos hubiera elegido, nosotros no le habríamos elegido a Él. Nuestra elección fue el resultado de que El nos escogió y echó mano de nosotros.
En la misma naturaleza de las cosas, es su prerrogativa como Vid el escoger.
ANDREW MURRAY - (Devocional diario “LA VID VERDADERA”)