viernes, 5 de septiembre de 2014

El Espíritu de Verdad 5 septiembre




“Ahora bien, Dios nos revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios.”  1 Cor 2:10


La segunda prueba de la personalidad del Espíritu Santo es que muchas de las acciones que se le atribuyen en las Escrituras sólo las puede realizar una persona. Pablo les dice a los Corintios que el Espíritu Santo es mucho más que una mera iluminación de la verdad en nuestras mentes. Es una persona que examina las profundidades  de DIOS y nos revela lo que descubre. “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras” (Rom 8:26). Aquí se presenta al Espíritu haciendo lo que sólo una persona puede hacer:orar.

No es únicamente una influencia que viene sobre nosotros y nos mueve a orar, ni es solamente una guía cuando oramos. No; el Espíritu Santo ora por nosotros y a través de nosotros aquí en la tierra.

“Pero el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho” (Juan 14:26). Otra vez se presenta aquí al Espíritu Santo haciendo lo que solamente una persona puede hacer: enseñar. Encontramos la misma idea en Juan 16:12-14: “Muchas cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.” De nuevo el Espíritu Santo se nos presenta como un Maestro vivo y personal para nosotros.

Cada vez que estudiamos nuestra Biblia es posible tener a esta Divina Persona, el autor del libro, para interpretárnoslo y enseñarnos su más real y profundo significado. Esta es una idea maravillosa. Cuántas veces hemos pensado que si tan solo pudiéramos oír a un gran maestro en persona, podríamos hacer algún progreso en nuestra vida espiritual. Pero escúcheme: podemos tener, todos los días, a uno muchísimo más competente que el más grande maestro que haya hablado sobre la tierra, y ese Maestro sin par es el Espíritu Santo.

ORACIÓN. Espíritu Santo, jamás imaginé hasta qué punto quieres tú estar involucrado en mi vida. Me postro ante Ti y te pido que seas el maestro de mi corazón y mi mente. Toma la Palabra de Dios y hazla real en mi vida. Amén.


R. A. TORREY (Devocional diario “EL ESPÍRITU SANTO”)







TRADUCCIÓN