jueves, 7 de agosto de 2014

"Vengan" y "vayan" 7 agosto




“Vengan a mi todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso… Aprendan de mí… y encontrarán descanso para su alma.”   Mateo 11:28


A cada pecador ansioso, cansado y agobiado, Jesús le dice: “ven  a mí, y… descansa. Pero también hay muchos creyentes ansiosos, cansados y agobiados. Y para ellos también es la invitación del Señor. Note bien las palabras de Jesús, si usted está cansado y abrumado con su servicio, y no se equivoque. No dice: “vé y sigue trabajando” como pudiera imaginar. Por el contrario, el mandato es, haz un alto en tu duro camino, da la vuelta, “ven a mí y descansa.” Nunca, nunca, envió Jesús a alguien fatigado y abrumado, a trabajar. Jamás; pero jamás envió a alguien hambriento, agobiado, enfermo o triste, a ningún tipo de servicio. Para los tales, Dios solo tiene una palabra: “ven”.

El primer evangelista del Nuevo Testamento registra la invitación de la cual estoy hablando. El último de ellos también tomó nota de una oferta similar hecha por el Maestro: “¡si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!” (Juan 7:37). Y el Nuevo Testamento casi cierra con un mensaje en el mismo sentido: “El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de vida” (Apocalipsis 22:17).

¡Cuántos de los redimidos del Señor han pasado horas y días, y aún meses afligidos y reprochándose a sí mismos por algunas tareas imaginarias que no han tenido el valor o la fortaleza para realizar, porque están cansados y agobiados todo el tiempo! Cuántos podrían mencionar la presión que han sentido para hablarle a alguien sobre el estado de su alma, pero no han podido hacerlo. Y cuántos más han hecho algo mucho peor: han hablado cuando no tenían un mensaje de Dios, y han hecho más mal que bien. Qué diferente hubiera sido si antes se hubieran acercado a Jesús, hubieran encontrado descanso y agua viva y luego, con las aguas rebosando en su interior, los ríos hubieran fluido naturales e incontenibles y la feliz expresión de sus rostros hubiera dicho más que todas las palabras salidas de sus corazones. Ninguno que hubiera mirado la cara de quien hablaba hubiera sentido: “Qué terrible debe ser la religión de estas personas.” Recuerde que la invitación a “venir” no excluye el mandamiento de “ir”. Por el contrario, es una preparación para hacerlo.

ORACIÓN. Señor Jesús, mucho de lo que hago, lo hago por obligación más que por la alegría de servirte. Vengo ante ti por el descanso que has prometido dar. Te pido que llenes el pozo de mi vida espiritual para que yo pueda tener agua para dar a los demás. Amén.


HUDSON TAYLOR - (Devocional diario “SECRETOS ESPIRITUALES”)







TRADUCCIÓN